No es una película muy conocida, pero merece ser difundida. El por qué de ello se debe a que el filme posee una temática fuerte y muy poco común (menos para la década del cincuenta) como es la de mostrar a una niña asesina que adolece de cualquier sentimiento de remordimiento de conciencia.

Es un filme que aborda la teoría de que la perversidad de una mente monstruosa se puede heredar y se puede manifestar en críos pequeños. Mediante esa premisa argumental se va entretejiendo un filme muy intenso y duro de ver, sobre todo porque se presenta en él la crudeza dramática que surge de la experiencia de una madre que sospecha que su adorable hijita es una asesina serial que no repara en los medios para conseguir sus fines.

En parte es un drama familiar signado por la tragedia y el trastoque psicológico, en otros momentos hay partes de terror (implícito, pues no se muestra sino que se insinúa) de lo más macabro que viene de la mano de la perversidad de una niña de angelical apariencia que miente descaradamente y asesina a todo aquel que se interponga en sus fines.

Es una cinta que asume riesgos e impacta por la aberrante temática de fondo, pues las alternativas que aparecen en pantalla no son para nada edulcoradas.
Me sorprendió el ver una cinta de 1956 con tanta mala leche y tan retorcida en su argumento. Pues está claro que es un interesantísimo contrapunto el mostrar a una psicópata asesina mediante la figura de una pequeña niña.

Es una película bastante extensa en su metraje, pero nunca llega a cansar ya que está repleta de interesantes diálogos y de sólidas interpretaciones que hacen muy creíbles las circunstancias que aparecen en el guión.
Gran trabajo interpretativo de Nancy Kelly como la madre de la malvada niña, quien se encuentra en una terrible disyuntiva moral sobre si denunciar o no a su vástago al tener claros indicios de la culpabilidad de la misma en distintos casos de homicidios.
Brillante lo de Patty McCormack dando vida a la “mala semilla”, una cría mentirosa y asesina que no siente el más mínimo remordimiento de conciencia en sus actos criminales. Decir que al momento de rodar este filme esta actriz apenas poseía 10 años, pero aún así logró demostrar su talento para ser creíble en un personaje para nada fácil: el de una cría diabólica.
Ambas interpretaciones llegaron a ser nominadas inclusive a los premios Oscars.
Luego tenemos al resto del elenco, quien sin tener tanta participación como las dos anteriores consiguen que el aspecto de las actuaciones sea uno de los puntos fuertes de este filme.

Sigo en spoiler por el bendito tema de falta de espacio, sin desvelar nada que no deba saberse