Para mí una apenas discreta película de terror-ficción, y cuando digo discreta quiero decir aceptable, más que nada porque considero el año de realización, ya que un filme de estas características presentado hoy día resultaría un bochorno.

La película sigue el tan característico estilo de hacer ciencia ficción de aquella década del cincuenta repleta de paranoias acerca de temáticas alienígenas, radiación, experimentaciones científicas e investigaciones secretas del gobierno que hacían blanco en lo desconocido que resultaba ser una amenaza para la humanidad. Lo novedoso en este filme es la aparición de una médium, aunque lamentablemente ese aspecto del poder mental termina combinando muy mal con el resto de los ingredientes que conforman la historia.

El filme presenta una trama bastante simple, donde el misterio se hace presente en la primera parte para luego dar lugar a la acción y al vértigo. De todos modos, es una cinta que hoy día ha envejecido mal y se la nota ridícula, más que nada por su apartado técnico, dado que los trucajes y los efectos especiales son demasiado cutres, los cuales causan gracia hoy día y me temo que ni siquiera en su época habrán resultado creíbles.

A lo anterior hay que sumarle que las actuaciones son apenas discretas, que en las secuencias de acción hay sobreactuaciones y algunos actores resultan demasiado aparatosos en sus participaciones. Quizás el que más se destaca es Forrest Tucker, quien además de ser el “cerebrito” inteligente que sabe qué hacer siempre también resulta ser un héroe de acción al estilo Bruce Willis.

En fin, una oferta apenas pasable, apta más que nada para los fanáticos del cine de ficción que no precisan argumentos muy pulidos y que se conforman con guiones simples, burdos y efectistas. El filme es de corte B en todo sentido, tanto en su argumento como en su aspecto técnico, no llega a entusiasmar nunca pero al menos entretiene si uno está bien predispuesto a ver cine clase B.