Grabbers va de unos bichos vampiros alienígenas intolerantes al alcohol que caen al mar nada más y nada menos que en las costas de Irlanda. Básicamente, la mejor protección de los personajes contra esta invasión es pasarse la película borrachos, a lo que nadie parece verle mucha pega. Al menos la película es irlandesa, por lo que se puede asumir que son ellos riéndose de si mismos en lugar de los ingleses abusando de topicazos. La cosa es que al principio apunta maneras y la cámara y los efectos especiales son sorprendentemente buenos para una película serie B (por no decir C), pero decae tan rápido que da pena pensar en lo que pudo ser y no fue. Para empezar, no es una película de terror porque no da miedo e incumple la mayor parte de las reglas del género, como no enseñar al monstruo hasta el final. Podría ser una comedia, pero sólo tiene una broma -las borracheras de los irlandeses- y la estruja demasiado. Con esta combinación de terror y guasa tontuna, podría haber salido algo estilo los 80, como Critters, pero encima meten a palanca una historia de amor que no cuela ni con cola y dos o tres conversaciones "profundas" fuera de lugar que interrumpen la atmósfera general (y que me hicieron bajar de 4 a 3 la puntuación por pretenciosos). En resumen, si se ve sin expectativas y sabiendo donde se mete uno, se pueden echar unas risas, pero poco más.