Atípica película de terror de bajo presupuesto (inclinándose más hacia el cine independiente que a la serie B) basada libremente en el trabajo de H.P. Lovecraft y que narra la vuelta al hogar de Russell (Jason Cottle) tras el reciente fallecimiento de su madre. Una vez allí volverán a reabrirse viejas rencillas familias, amores de juventud y se involucrará activamente en la investigación de una serie de misteriosas desapariciones que asolan el lugar (tan extravagante como el de la conocida Twin Peaks).

Lo más llamativo de la película es sin ninguna duda su extraordinaria fotografía, la cual aprovecha a la perfección el excepcional paraje, así como la interesante dirección de Gildark, quién consigue inquietar y provocar varios sustos impredecibles a lo largo del metraje. Lamentablemente su guión resulta demasiado disperso que no logra sacar todo su (evidente) potencial y acaba resultado más tedioso que otra cosa. Es obvio que el mismo necesitaba de una reescritura que ayude a sus frágiles diálogos.

La película funciona mejor por lo que podría haber sido que por lo que finalmente nos ofrece, esto es debido básicamente (además de por los problemas de su guión) a su ajustadísimo presupuesto, el cual no da lugar a demasiadas filigranas y no permite ejecutar el final que la trama se merece. Es una lástima que con el evidente potencial y talento que se intuye el resultado sea tan decepcionante. Si bien resulta curiosa de ver así como comprobar la buena labor tanto del director como de su actor principal, Jason Cottle, así como su hermosísima fotografía.