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Voto de Yerai:
4
5,4
10.701
Thriller. Drama
Linda Hanson (Sandra Bullock) tiene una casa preciosa, un marido que la quiere y dos hijas adorables. Su vida es perfecta, hasta que recibe una devastadora noticia: su esposo Jim (Julian McMahon) ha fallecido en un accidente de coche. Es lo peor que le podía pasar a esta amante esposa y madre. Pero, ¿se lo ha imaginado? Al despertarse a la mañana siguiente, Linda descubre que su marido sigue vivo. En un principio, Linda cree que el ... [+]
15 de mayo de 2007
46 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno entra a la sala de cine a ver una película como Premonition ya debe saber que no se va a encontrar con una obra maestra del séptimo arte rodada con una dirección magistral, unas interpretaciones brillantes y un guión digno de convertirse en un bestseller. El espectador medio ya sabe a qué se presta; ante un entretenimiento palomitero que, si bien puede cumplir en mayor o menor medida con su cometido, no deja de ser eso: un mero pasatiempo.
¿Qué verás?
1. Una película (¿he escrito película o telefilm?) ideal para ver un domingo al mediodía mientras haces la digestión.
2. Un comienzo prometedor que despertará, al menos, tu curiosidad en los primeros treinta minutos.
3. A una ya talludita Sandra Bullock interpretando con solvencia el papel protagonista.
¿Qué NO verás?
1. No verás nada, absolutamente nada, que no hayas visto (o puedas ver) en otras películas de fechas anteriores. Es un film carente de originalidad, tanto en el guión como en los recursos fílmicos que utiliza el debutante Mennan Yapo. Un ejemplo de lo más gráfico para ilustrar mis palabras: el reloj de la cocina con forma de gato de ojos saltones que mira de un lado a otro a cada segundo que pasa habrá sido utilizado en tropecientas mil películas de terror de serie B. ¿Cómo hay que interpretar eso? ¿Como un guiño o como un jiño al espectador?
2. Un desarrollo de los hechos coherente, capaz de mantener la tensión del hilo narrativo. No podrás evitar algún que otro bostezo.
3. A un Julian McMahon creíble. Su actuación no transmite nada; es fría, apagada, insulsa. Su expresión parece estar diciendo lo mismo en cada escena en la que aparece, que bien podría ser: ¡Demonios! ¿Qué hago aquí y dónde está Phoebe Halliwell?
¿Qué verás?
1. Una película (¿he escrito película o telefilm?) ideal para ver un domingo al mediodía mientras haces la digestión.
2. Un comienzo prometedor que despertará, al menos, tu curiosidad en los primeros treinta minutos.
3. A una ya talludita Sandra Bullock interpretando con solvencia el papel protagonista.
¿Qué NO verás?
1. No verás nada, absolutamente nada, que no hayas visto (o puedas ver) en otras películas de fechas anteriores. Es un film carente de originalidad, tanto en el guión como en los recursos fílmicos que utiliza el debutante Mennan Yapo. Un ejemplo de lo más gráfico para ilustrar mis palabras: el reloj de la cocina con forma de gato de ojos saltones que mira de un lado a otro a cada segundo que pasa habrá sido utilizado en tropecientas mil películas de terror de serie B. ¿Cómo hay que interpretar eso? ¿Como un guiño o como un jiño al espectador?
2. Un desarrollo de los hechos coherente, capaz de mantener la tensión del hilo narrativo. No podrás evitar algún que otro bostezo.
3. A un Julian McMahon creíble. Su actuación no transmite nada; es fría, apagada, insulsa. Su expresión parece estar diciendo lo mismo en cada escena en la que aparece, que bien podría ser: ¡Demonios! ¿Qué hago aquí y dónde está Phoebe Halliwell?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
- Una cosa que me ha parecido en principio curiosamente graciosa. Cuando la Bullock se entera de que su marido ha muerto, la primera imagen que le viene a la cabeza es la de su boda.
Vamos a ver... Si a ti te comunican que tu marido (o esposa) se acaba de matar en un accidente de tráfico (a destacar también la sutileza del policía), ¿de verdad el primer recuerdo que te pasaría por la cabeza sería el de tu boda? Sí, tu boda; ese tortuoso trámite en el que el romanticismo se ve engullido por los sudores fríos, la estrechez del traje que elegiste prematuramente cuando pesabas cinco kilos menos, el intermimable sermón del cura, la mirada de tus padres con la expresión "fracasarás" esculpida en sus rostros (aunque intenten disimularla sin éxito), los niños cabrones tramando hacer una jugarreta buena con el arroz que se lanzará a la salida... No, no.. No seamos hipócritas ni utilicemos ideas tan estereotipadas como esa.
- La niña que se lanza contra el cristal. Se ve que los cereales americanos dan energía de la buena. Qué poderío, ¿no? Qué embestida tan brutal para una niña de menos de diez años... ¿Genes de "quarterback"? Pero, y digo yo... si estaba lloviendo... ¿no había gotitas de lluvia deslizándose por el cristal? Ayy... Sandrita, deberías llevar a tu niña a un oculista...
- Ahora hagamos cuentas. Si al primer punto de la boda le sumamos la conversación del cura (el cura, sí, considerado en la película como la persona más sabia a la que poder acudir) más el final (tremendo final, me ahorraré comentarios) en el que la simiente del interfecto es considerada como un milagroso desenlace feliz (da igual que se achicharre el marido, mientras haya un pimpollo en el bombo...). Me llevo una y añado dos... Uy, me da como resultado 16; bien dicho sería XVI. ¡Qué raro! ¿Ratzinger se lleva tajada de todo esto?
Vamos a ver... Si a ti te comunican que tu marido (o esposa) se acaba de matar en un accidente de tráfico (a destacar también la sutileza del policía), ¿de verdad el primer recuerdo que te pasaría por la cabeza sería el de tu boda? Sí, tu boda; ese tortuoso trámite en el que el romanticismo se ve engullido por los sudores fríos, la estrechez del traje que elegiste prematuramente cuando pesabas cinco kilos menos, el intermimable sermón del cura, la mirada de tus padres con la expresión "fracasarás" esculpida en sus rostros (aunque intenten disimularla sin éxito), los niños cabrones tramando hacer una jugarreta buena con el arroz que se lanzará a la salida... No, no.. No seamos hipócritas ni utilicemos ideas tan estereotipadas como esa.
- La niña que se lanza contra el cristal. Se ve que los cereales americanos dan energía de la buena. Qué poderío, ¿no? Qué embestida tan brutal para una niña de menos de diez años... ¿Genes de "quarterback"? Pero, y digo yo... si estaba lloviendo... ¿no había gotitas de lluvia deslizándose por el cristal? Ayy... Sandrita, deberías llevar a tu niña a un oculista...
- Ahora hagamos cuentas. Si al primer punto de la boda le sumamos la conversación del cura (el cura, sí, considerado en la película como la persona más sabia a la que poder acudir) más el final (tremendo final, me ahorraré comentarios) en el que la simiente del interfecto es considerada como un milagroso desenlace feliz (da igual que se achicharre el marido, mientras haya un pimpollo en el bombo...). Me llevo una y añado dos... Uy, me da como resultado 16; bien dicho sería XVI. ¡Qué raro! ¿Ratzinger se lleva tajada de todo esto?