Creo que esta serie, más que "de abogados", trata de la eterna lucha de los "David" y los "Goliat". Los primeros no tienen nada que perder, desde el punto de partida ya son personajes marcados por algún tipo de infortunio, así que plantan cara con una tenacidad rayana en la inconsciencia. Los segundos quieren seguir ganando siempre, cada vez con más avidez y menos escrúpulos, tal y como exige su auténtica devoción por el mal y el desprecio hacia su prójimo. La 1ª temporada es ligeramente más “clásica”, aunque con un marcado acento oscuro. La 2ª temporada es despiadada: cínica, sórdida y con toques “gore”. La 3ª temporada es lisérgica, con momentos que incluso recuerdan a Lynch. Billy Bob Thornton lo borda y el resto del reparto principal (Nina Arianda especialmente) hacen unas magníficas interpretaciones (en la 2ª temporada Mark Duplass destaca especialmente). También se puede ver desfilar a rostros tan conocidos como William Hurt, Maria Bello, Dennis Quaid, Amy Brenneman, John Savage, Beau Bridges, Lou Diamond Phillips, Sherilyn Fenn o Steven Bauer, entre otros.

Una serie atípica que, afortunadamente, se arriesga para sorprender en cada una de sus temporadas. Una trama en la que los “buenos” no ganan (cuando ganan) con el típico triunfalismo “a la americana”, sino recurriendo a resquicios y grietas para poder conseguir, si no el bien, un mal menor. Al parecer Amazon ya ha confirmado una última temporada para 2020. Bravo.

Entendiendo que el sentido del humor es como los “traseros”, cada uno tiene el suyo, si lo que se pretende es reír a carcajadas con el absurdo sin pretensiones, unas grandes dosis de surrealismo y se disfruta con el humor negro, esta película es ideal. Su director/protagonista, que con cuatro años ya fue expulsado del parvulario por incontrolable, sigue demostrando (como en "Enfermés dehors") que su cerebro razona de una manera alternativa y bastante peculiar rayana en lo “punk”. La admiración de Dupontel por los Monty Python se ve correspondida por la breve aparición de Terry Gilliam en el papel del “comehombres” Charles Meatson. Jean Dujardin también aporta su ganso granito de arena. Son pocas las ocasiones en que los gags de las comedias siguen haciendo que te partas de risa una y otra vez después de haberlas visto. Esta es una de ellas. Pese a mi alergia al “gore”, en esta película se convierte en el ingrediente más desternillante, especialmente en los minutos de frenético desvarío en los que Dupontel intenta dar a la jueza posibles explicaciones al crimen que defiende no haber cometido. Genial.

Un polígono con su correspondiente centro comercial. En él se buscan la vida dos hermanos: uno es el punki con perro más viejo de Europa, que pide “limosna” en el hipermercado de turno, y el otro está a punto de ser despedido de la tienda de colchones donde trabaja). Por allí también rondan sus padres, que son propietarios de un restaurante de patatas fritas.

Una película no apta para todos los gustos: humor negro y atípico, personajes marginales, crítica social y sketches surrealistas. Una comedia sin pretensiones que no crea falsas ilusiones y que deja patente la inutilidad de rebelarse cuando los demás no comparten la percepción de que algo va mal. Albert Dupontel y Benoît Poelvoorde, magníficos en sus papeles de perdedores desquiciados, arrancan muchas carcajadas. Un film insólito y muy recomendable.