El argumento tenía chispa: alguien que azarosamente se convierte en asesino de asesinos y pretende desestabilizar la impunidad de una élite caprichosa.
Desde esta básica premisa todo llegaría a trasladarnos al clásico cine negro, donde el protagonista, con medios poco ortodoxos intenta cobrar justicia de un crimen que por azar ha caído a sus manos ( o él ha hecho por que caiga a sus manos). Digamos que el filme intenta elaborar la trama con un personaje que puede evocar a uno sacado de una novela de Dashiell Hammett, sin embargo, tras escenas donde el protagonista prepara sus acciones de forma meticulosa, hostigando a los asesinos, se genera un lapso en el que llegamos a un estado de suma relajación inducido por el lento cimentado de este largometraje. Añadido esto a una modesta interpretación y escasez de elementos formales que compaginen las escenas (sí, es muy recurrente el plano fijo, como creando un estado de inmovilismo)
No consigo acceder a las intenciones de la película; lo que en un principio, sacado de la sipnosis, puede parecer muy sugerente, se vuelve enojoso y excesivamente lento. Queda todo en la gracia del camino, de los que fueron malos y pagaron sus deudas con un caminante extraño y que nada tenía que ver; ahora bien, más allá, vemos poca lucidez a la hora de explotar esas ideas.
Francamente, es una lástima.

Necesitaba indagar en un género en el que apenas he conocido algo, más allá de Ford o Leone. Necesitaba que una obra maestra me guiara por la senda de este tipo de películas, tan naturales y clásicas. Necesitaba, tras acabar con la película, decirme: ''Toca maratón de ''pelis de vaqueros''. Así las llamábamos en mi pueblo cuando éramos críos y veíamos cómo nuestros abuelos se sentaban a ver la película de la tarde en el canal regional; y la primera escena era mostrar al solitario protagonista subido a su caballo, cruzando las montañas periféricas del pueblo en el que se desarrollarían sus aventuras.
Sí, no me cabe duda de que necesitaba, ahora ya mayor, volver a ver una de estas películas y recordar lo que sentían los abuelos. Me he sentido muy a gusto viendo esta película. Desde el principio te introduces en la trama y disfrutas viendo como Redford interpreta magistralmente a Jeremiah. La dura montaña; fría y plagada de adversidades. El Sobrevivir plagado de emoción, de transformación, de aprendizaje, pero sobre todo de ganas. Ganas de querer ese mundo.

'El último combate' fue la película con la que Luc Besson comenzaría su carrera cinematográfica. Creo que la idea general es muy interesante; aprovecha correctamente los conceptos propios del cine post-apocalíptico que empezó a ser muy relevante en la década de los ochenta tras 'Mad Max 2'.
Lo curioso de esta película es que no solamente es una historia de supervivencia en una civilización reducida a un profundo erial, además es una forma de trasmitir una transgresión a la historia humana. Una atmósfera sobrecontaminada impide a los individuos hablar y deben expresarse mediante gestos. La película tiene un aire prehistórico dentro de un contexto post-apocalíptico, ya que la fuerza física pretende sobreponerse a los obstáculos; donde cualquiera es enemigo de cualquiera. Los recursos son escasos, las maneras son propias de salvajes.
Aparecen tres personajes que definen la película: El hombre sería el protagonista que desea vivir superando ese infierno; el anciano es un médico que mantiene levemente un atisbo de la vieja civilización; el bruto es el enemigo que pretende imponerse mediante la fuerza bruta más salvaje.
La ausencia de diálogo se ve solventada gracias a las buenas caracterizaciones de los actores, soportando una idea muy buena: ausencia de diálogo y rodada en blanco y negro; es una interesante manera de mostrar la involución de la sociedad.
Como dato peculiar, las mujeres se convierten en un bien de lujo: Cosificadas y esclavizadas por el más fuerte.

Sí, está escrita por Clive Barker y eso no significa nada.
No es más que otra película del montón. Está ahí, dentro de las películas ochenteras de terror poco conocidas y no hay por qué echar más galones.
Predecible, pobreza interpretativa, clichés, aburrida, y podéis incluir más términos análogos.
Está rodada en Irlanda y creo que lo que más me ha ''gustado'' ha sido el ambiente rural; es el único cliché que admito: noches de niebla dentro de bosques espesos.

''La gran ilusión'' es la primera película que veo de Renoir, también era la que más me llamaba la atención y mejores críticas tenía. Además tuve la suerte de visionarla en la Filmoteca (implicando no solamente la gran pantalla, también es en versión original) luego todo estaba dispuesto para que pudiese enfrentarme a este film.
Creo que esta película no es sobre huir de las cárceles, considero una mala interpretación eso. En mi opinión, la cárcel es una metáfora, o mejor dicho: un pretexto; es el ambiente en el que se desarrolla la vida de los diferentes soldados, y a su vez, de las diferentes naciones implicadas en la contienda. Esta película narra la camaradería; el honor en el campo de batalla; la cortesía entre caballeros enfrentados, etc. Seguida por una banda sonoro en claro épico y unos planos que encuadran el lugar en el que se encuentran los protagonistas: la cárcel primera como símbolo de la caída de los protagonistas; la segunda cárcel, ésta en un castillo muy antiguo, como símbolo de la aristocracia y honor; y por último, la campiña suiza, nevada y rodeada por los majestuosos bosques y elevadas montañas, símbolo de la libertad tras la huida.
En conclusión considero que es una buena película, de la que se puede aprender y disfrutar; es todo un clásico, que, pese a ciertas escenas de ritmo más lento, no hace perder al film en su totalidad su sutileza. De hecho no considero que sea una película lenta, sin embargo tanto en el final (20 últimos minutos) como alguna escena suelta en el desarrollo de la película, podemos notar cierta lentitud, pero en síntesis la película no es aburrida, ni mucho menos.
Es un clásico de los años treinta que bien pudo abrir la veda para otros clásicos de renombre, como ''Senderos de Gloria''