La prueba de que no es una película intrascendente ni fácilmente olvidable, es que hoy, en el año 2013, 26 años después de que se hiciera la película, me sigo acordando de ella con una sonrisa en mi rostro, en recuerdo del buen sabor que deja esa película, en la mente y en el corazón. La he visto dos veces, pero la volvería a ver otra vez y volvería a disfrutar otra vez, seguro.

Preciosa película, en la que el guionista, te lleva a puntos de casi suspense, te lleva al humor, hace que tengas un punto de incertidumbre. Juega con la sobreactuación del director de la película. Te sitúa en la posición de una persona que elige el guión, que selecciona el guión y te alegra cuando ves que el protegonista no elige ese guión. Te hace pensar en que pasaría si la protagonista ve la película que se está haciendo y ve a su marido como su posible amante. Juega con el espectador. Le hace tener por decirlo así altibajos emocionales, suspense. Tiene puntos poéticos maravillosos de la literatura clásica inglesa. Joely Richardson está fantástica. Hugh Laurie está fantástico. El guión es fantástico. Es una película que merece la pena verla. La vería otra vez.

La creatividad de la persona que ha elaborado el guión es manifiesta. Su originalidad es distinguida y muy notable. El profundo conocimiento de la filosofía que hay detrás del guión es notable también, es como la teoría del caos, tiene que suceder algo fuera de la ley para que pueda suceder el romance. El reparto es magnífico, grandes actores ya actrices. Guión fantástico. Buena dirección.

No creo que sea una versión de Cyrano de Bergerac. Es una buena película. Es original, el personaje del sobrino tiene una fantástica hechura y una muy buena interpretación. Su valentía le lleva a perder aquello que deseaba. Es un guión muy original, interesante, novedoso, divertido, muy buena. La volvería a ver.