Una película vacía de argumento, lento, sensacionalista, con unos personajes a cada cual más lamentable, una acción de película de Chaplin y un final, demoledoramente decepcionante y absurdo.

Me parece excelente. Salí del cine con la sensación de haber visto algo grande, una obra magna en toda regla. La película no tiene un argumento excepcional, casi diría que no tiene argumento, es simplemente el rodaje de la vida, captar la cotidianidad de manera especial, hacerle percibir al espectador que la vida realmente son solo eso, momentos que se captan con una cámara, momentos especiales, buenos o malos, y que al mirar retrospectivamente en tu vida, son solo esos los que recordarás.
Son escenas donde además, todo el mundo podrá verse reflejado, todo el mundo pasa por alguna de ellas.
La película está increíblemente bien hecha, fluye de forma espontanea y tiene unos diálogos excelentes, que tras su aparente simplicidad guardan una abultada carga filosófica, que podría darte horas de charla y debate.
Por supuesto la interpretación de todos es brillante, realmente natural, incluso los niños pequeños.
Recomiendo verla en versión original para apreciar los cambios de la voz de los personajes y como su manera de expresarse cambia.

Infravalorado spaguetti western. No entiendo la mala leche con ella. El que en el siglo 21 llega a esta película sabe lo que busca. Y os aseguro que aquí lo encuentra. Malo malísimo. Bueno con esos aires de desden rechulón pero más rápido que el rayo y de fondo bueno. La música es de tono épico, si la firmara Morricone alguno se lo creería. Y un argumento más que aceptable. Las actuaciones son decentes pero las escenas de acciones, algunas, quedan cutres. En resumen, no os fallará a los fans. Es una excelente obra para hacer un remake actualizado, sería GRANDE.

Este regalo inesperado tiene lo que todos los adictos al género aman y el resto reniega. Una historia simple y lineal, diálogos dramáticos, música trompetera desbordante, y acción modo espagueti. Vemos la historia de un inmortal, cruda y llena de venganza, pasajes miserrimos, polvo y más polvo, y la satisfacción de ver el orden restaurado.

La película capta bien el ambiente de esa casucha de madera, antes granero, bastante insalubre e incomoda, donde de mala gana, conviven los últimos incondicionales de Napoleón, ya sean por motivos de fidelidad y honor, de riqueza y poder, y entre ellos existe el celo y se envidían, y se acusan y conspiran por la herencia del Emperador, creando un ambiente claustrofóbico.

Pero no me ha gustado Sir Hudson Lowell. La Historia lo describe como una persona que aunque es ciertamente incapaz de doblegar a Napoleón, es oscuro y ruin y obstinado y con el único objetivo de hacer de la vida de Napoleón un infierno. En la película se muestra más como un hombre un tanto intimidado por el Emperador, a quien quiere asustar, pero poniendo pocas ganas...

A Philippe Torreton el papel de Napoleón le viene grande. Yo lo asumí desde el primer momento. Pero no le culpo, el personaje a representar no es cualquiera, es el gran hombre, demasiado enorme, demasiada leyenda, demasiada gloria... demasiado todo para que sea un hombre de carne el que lo pueda representar. Ni Marlon Brando pudo captarlo en Desiree.

Pero la recreación del lugar, de la época, de las personalidades, las actuaciones, la trama, como se desarrolla y desenlanza todo, me parece muy bien planteado y excelente resultado.

No obstante, si se llega a esta película atraido por la figura de Napoleón, y queriendo ver algo que haga honor a su tamaño Histórico, no es lo que encontraran. Tiene bastantes inexactitudes, ficciones, e incluso escenas, que si bien son verosímiles, son meras conjeturas o inventos. Aunque supongo que esto lo que le da el atractivo a esta amena e intrigante película. Y es que como él mismo Napoleón dijo: "¿No es la historia sino una fábula aceptada por muchos?"