Coincido con otras críticas que he leído, esta película es un sinsentido.

La trama es débil e incoherente, demasiadas escenas anecdóticas que no aportan nada, en resumen es demasiado superficial con mucho "tomate". Lo que le resta seriedad
Tanto más que toca temas graves que constituyen una lacra en nuestra sociedad, el terrorismo, la droga, la prostitución, la corrupción...
El retrato del mundillo de los yonquis, prostitutas y traficantes parece una sátira fallera, no ahonda en el lado dramático y violento que implica.
Es muy poco creíble que un etarra (aunque haya perdido convicción en su causa), se enamore de una yonqui calentona con la que coincide por casualidad, poniendo su vida en peligro.

La relación entre ambos, tan intensa y pasional que se supone que es, no convence, deja indiferente. Carmelo Gómez demasiado frío, Ruth Gabriel muy difusa. Parece más bien un rollete sexual, no llega a más, los actores no consiguen transmitir ninguna implicación afectiva.
Eso sí, las tetas y los coños florecen a profusión como buena película española noventera, así como las escenas de sexo que no vienen a cuento. Algo al estilo Jamón Jamón.
Por lo menos no se habrán gastado mucho en el atrezzo.

La banda sonora es muy casera, la fotografía se salva.

El tema etarra es un poco dejado de lado, y parece más bien un trasfondo para la narrativa de la historia que es torpe y va chafando huevos.
¿Qué un terrorista, con todo el fanatismo y obsesión por una causa que ello implica y que acaba de planear un atentado, se quede obnubilado por un par de tetas como un quinceañero? ¡Venga ya!

¡Ocho estatuillas! Hasta donde hemos llegado...

Hay joyas del cine que por razones que no acierto a entender pasan casi desapercibidas. Esta película fue rodada hace 20 años y no sé ni siquiera si fue estrenada en España. Tuve la suerte de verla hace poco en un cine club al que sólo van cuatro gatos.
Cabeza de Vaca es la odisea de un conquistador (basada en hechos reales) que tras naufragar en las costas de Florida, es aprisionado por una tribu indígena, esclavizado y acaba asimiliando las costumbres, lengua y creencias de las tribus del norte de Méjico, iniciando así un proceso de simbiosis que lo marcará para siempre. Llegando incluso a poner en duda su propia fé católica, Cabeza de Vaca se convierte en un chamán con poderes sobrenaturales.
Una historia de conquistadores, aventureros, brujos y hechiceros que acaban hechizando al propio espectador. Todo baña en una atmósfera mágica, casi mística, con una fuerte carga dramática e intensidad que sólo podía encarnar un actor como Juan Diego, nuestro dios del olímpo cinematográfico.
Tenemos en paralelo un enfoque entográfico que se distingue de los clásicos clichés del indígena que tanto abundan en el cine y sorprende por su originalidad y autenticidad.
En una palabra : magistral.

Simplista y pueril superproducción cuyo único atractivo son esos apabullantes efectos en 3D que dentro de una década, o incluso antes, ya no serán considerados como nada del otro mundo. Es larguíiiiiiiisima (me fui del cine antes del final), simplona, previsible, con un argumento sobado y resobado mil veces por el género del cine de aventuras. Es el paradigma de la película que carece de fondo y en la cual todo está en la forma.

La película es buena y entretenida, trama, actores, secuencias... Pero tiene un componente de noñería y blandenguería que se hace insufrible. Es facilona, con el típico antagonismo de buenos contra malos tan recurrente en hollywood con lo cual resulta muy superficial. Es deleznable tratándose de un tema de tal trascendencia como es el Holocausto. Pienso que Spielberg debería haberse orientado más hacia la reflexión y la complejidad de este episodio de la historia en vez de conformarse con una simple superproducción cuyo mero objetivo es hacer taquilla.

Banderas, como actor sí pero como cineasta... mejor déjalo.
Esta peli no engancha pero porque le falta lo fundamental (y le sobra lo accesorio) : una trama estructurada, sólida, unos personajes bien definidos. Para que una película resulte interesante no bastan las bonitas puestas de sol y las miradas lánguidas.
El resultado es una serie de secuencias que no encajan unas con otras y donde no hay ni pies ni cabeza, ni sentido. La estética es demasiado relamida, de postal turística. Las escenitas eróticas no vienen a cuento (algo común en el cine español) y son muy artificiosas al estilo porno-soft-cámara-lenta.
Un guión hueco que raya en la cursilería, vamos, mucha forma y poco fondo.
La banda sonora no está tan mal.