En ocasiones, los recuerdos nos juegan malas pasadas y es en los remakes donde más cuenta nos damos. Una pelicula que tampoco era gran cosa pero que consiguió hacerse un hueco en el imaginario colectivo ha sido revivida casi treinta años después y ahora nos preguntamos. ¿Era necesario?

La película original la recuerdo vagamente ya que sus imágenes se mezclan con las de la serie que surgió a raíz de ella. Sin embargo, si pienso en la peli original, m qued un recuerdo un poco amargo, una sucesión de escenas en donde era difícil ver el paso del tiempo en
los personajes.

En esta nueva versión, ocurre lo mismo. Ese pequeño error que era condesar una historia coral y a lo largo de cuatro años en tan sólo una hora y media no han sabido solucionarlo. Es más, lo han empeorado. Aquí no te identificas con nadie, más que nada, porque no llegas a conocerlos. Los personajes entran y salen de escena como si de una fiesta en la que te cuelas se tratara. No conoces a nadie, y nadie te importa realmente. sus tramas no es que se dejen en el aire, es que directametne, a veces, ni se llegan a apuntar.

El esfuerzo y el sudor que se supone les iba a costar para lograr la tan ansiada fama, ni se ve. Eso sí, vemos unas cuantas coreografías y unos cuantos números de canto medianamente interesantes.

Y sin darnos cuenta, llegamos al cuarto curso. El año final, donde todo se decide. Y resulta que los que aprueban y los que no, los que abandonan y los que lo intentan, siguen siendo unos desconocidos.

en conclusión, una película descafeinada, con algún número musical interesante, pero sin una trama que nos haga sentir afecto por los personajes (de hecho, no me acuerdo del nombre de casi ninguno).

Lo mejor: algunas coreografías (sobre todo aquellas en las que sale Kerington Paine.
Lo peor: su inconsistencia en las tramas. Demasiados personajes que se vislumbran pero que no llega a brillar.

Locura. Ésa es la palabra que mejor define a esta película.

Y no porque sea mala, sino porque es una auténtica locura versionar temas famosos para un musical de este calibre. Y sin embargo, sale bien.

La historia que cuenta no está mal, aunque tampoco es para tirar cohetes. Es sencilla y mil veces vista, pero se deja ver. Pero es que en un musical, lo interesante no es la trama, sino los números musicales y las coreografías. Y aquí hay canciones para dar y tomar y algunos bailes que están muy logrados.

El gran fallo es que desde el principio sabemos cómo acaba, pero aún así, llega un momento a mitad de la película que nos olvidamos de ese detalle y hace que el final nos impresione.

Los números musicales están muy logrados, con coreografías vistosas y en algunos casos, mareantes (sobre todo al principio).

Ewan McGregor y Nicole Kidman hacen creíbles sus papeles aunque él esté a veces un poco sobreactuado.

La elección de las canciones es, quizá, lo mejor de la película. Todas encajan perfectamente en esta historia en donde todo transcurre de manera rápida y en donde los ideales bohemios llenan el Moulin Rouge.

Lo mejor: Las coreografías, especialmente el Tango de Roxanne.
Lo peor: A los puristas de los musicales les puede echar para atrás su grandilocuencia.