No se me ocurre otra en este momento, pero este filme es un claro ejemplo de esas historias que deben ser vistas más de una vez para comprenderlas acabadamente. Adentrándose en el desenlace, indiscutiblemente la segunda vuelta hace que la película sea completamente diferente, y uno entiende la misma historia desde las dos perspectivas. Atrapante.

Algo notable a remarcar, mas allá del discurso "no hablado" y el uso del silencio, es un recurso a mi parecer muy efectivo e interesante: el cambio absolutamente repentino de las circunstancias. No hay un puente, ni siquiera una transición progresiva, entre la situación inicial y el futuro inesperado. De un segundo a otro el panorama dió un giro total, cosa que muchas veces así suele pasar en la vida real.

Todo el peso de nuestras vidas, todo drama, satisfacción, emociones y alegrías, todo se libera en el peso de 21 gramos, el peso del alma. La luz eterna, lo infinitamente grandioso, es inmedible bajo las condiciones de una balanza. Los amores y los grandes recuerdos son gigantes y a la vez desapercibidos.

Desde los inicios de la era humana hacia el futuro próximo se ha mantenido siempre, como motor de la raza, el concepto de lo "misterioso". En esta increíble película tal misterio se representa en un objeto, indefinible e inidentificable, que comunica todas las eras y despierta siempre en los ciclos de la evolución la "curiosidad" que mantiene vivo el deseo de seguir hallando nuevas cosas. Como a veces se manifiesta en el concepto de "filosofía": buscar la verdad como búsqueda en sí misma. Recomendable.

Es una simple historia de drama policial, con algunas imágenes llamativas, que genera cierta intriga en saber qué sucederá. Todo parece correr normal, con la interesante actuación de Quentin Tarantino como pervertido sexual, hasta que de manera repentina, absolutamente inesperado, todo pasa a lo Bizarro, cual película horro-cómica. De la intriga a la risa, de lo normal a lo ridículo. De todas formas la recomiendo para distraerse, pochoclear o pasar el rato.