Desde la saga de Tobey Maguire no había un amigo y vecino Spider-Man tan fresco. Más teniendo en cuenta que el protagonista de esta película no es Peter Parker. Esta nueva obra rompe con lo que yo denominaría como "producción en serie Marvel". Llevamos muchas películas de superhéroes de la casa Marvel que son parte de un todo, que por ahora parece ser la trama de las gemas del infinito y Thanos. Habrá que esperar a ver qué ocurre cuando se estrene la continuación de Infinity War...


Pero esta película no tiene nada que ver con eso. Ni tampoco se parece a Amazing Spider-Man, con ese Peter Parker que va de guay por la vida, rompiendo promesas, y con unos padres implicados en a saber qué proyectos... NO. Spider-Man: Un nuevo universo aporta algo nuevo. Nos trae el humor que caracteriza al arácnido. En este sentido, se parece a Deadpool (1), una película sin gran historia pero que nos hará disfrutar y reír durante su visionado.


Con esto menciono lo que para mí me falta en esta película de Spider-Man: una gran historia. Personalmente, no me parece que tenga una gran trama. Creo que no es su fuerte. Ahora bien, es que tampoco lo necesita. Es una película para reírse, disfrutar, y flipar con la técnica de animación, también rompedora. Por cierto, mantened la calma si pensáis que os habéis metido por error en una sesión 3D. Las imágenes desenfocadas marean un poco, pero no tardaréis en acostumbraros.


En resumen. Spider-Man: Un nuevo universo no nos trae una aventura como las que vimos en la pasada década con el Duende Verde, Doc. Oc. o Venom. Pero en su lugar, proporciona un humor delicioso y un buen rato que es de agradecer, con mucha originalidad y desenfado.


Es importante que esperéis hasta el final de los créditos. Lo agradeceréis.

Toy Story 3 había cerrado toda una infancia, la de Andy. Unos momentos emocionantes que dejaban todo cerrado. Es verdad que luego se hizo algún corto televisivo de los juguetes en casa de Bonnie, pero nadie esperaba una nueva película. A pesar de todo, Pixar ha demostrado una vez más que ninguna secuela de Toy Story puede ser mala. Es una de las pocas sagas infantiles en las que las segundas partes no sólo no son malas, sino que mejoran su universo temático. Pero no nos vengamos arriba tampoco, esto último no se aplica a Toy Story 4.

Esta historia profundiza mucho en la nueva vida de Woody. Muestra unos complejos, unas necesidades y un conflicto interior en el vaquero bastante fuertes. Punto a favor. También es un buen detalle reincorporar a Bo, además de forma bastante natural, con una historia coherente sobre su ausencia en Toy Story 3. Estos y otros personajes reflejan un tema curioso, el amor sano e insano. Saber dejar ir lo que no se puede tener, porque terminó o nunca lo hubo. Y se introduce de forma muy sútil.

Esta película vive su tiempo, y una vez más Disney demuestra que quiere incluir una perspectiva feminista, sea por una creencia sincera o simplemente por agraciar al público. En Toy Story 4 lo hace bastante bien. Los personajes femeninos están en mayoría, pero sobre todo no tienen que demostrar a nadie su capacidad o autoridad. Tienen experiencia, y recriminan a aquellos que creen saber más que ellas cuando están en un espacio que conocen mejor. En otras películas recientes como Los Increíbles 2 se introduce con calzador un supuesto 'feminismo', mientras pone al varón como un completo incompetente en las labores domésticas.

Una cuestión que es realmente despreciable: la personalidad de Buzz Lightyear en la nueva entrega. Eso sí que es innecesario. ¿De repente se ha vuelto estúpido? ¿A cuento de qué viene esto? Ni siquiera se argumenta. Parece un truco barato para darle alguna escena cómica a la trama. Un completo error, la verdad.

Toy Story 4 se puede ver sin ninguna dificultad, está bien. No puede superar ninguna de las tres películas anteriores, por supuesto. Pero no ha sido un desastre.

Lo que distingue a una comedia romántica de las demás es su planteamiento, su historia. Una propuesta de valor. Notting Hill se postula como una historia interesante, el encuentro de un ciudadano de a pie con una estrella de cine. Pero ahí acaba todo. La burbuja se desinfla, pierde fuerza. No tiene nada que la haga memorable.

Los personajes y sus circunstancias están bien. Y se puede extraer una lección de luchar por segundas, terceras y cuartas oportunidades. Pero ahí queda todo.

Una historia que da más o menos miedo, por lo cual puede sorprender. No será una joya de la cinematografía, pero dentro del universo de Scooby-Doo, es quizá un título imprescindible.

Esta película no cuenta con un gran argumento, una historia interesante, no. Es cierto. Pero eso no la hace necesariamente mala, solo diferente. Y el espectador debe ser consciente de esto antes de verla.

El verdadero potencial de esta película es su puesta en escena. Tiene una estética especial, en transición entre los años 70 y los 80. El cambio entre planos ya aquí citado, los colores, los vestuarios un tanto extravagantes... Y sobre todo, la música y los bailes. En algunos momentos se ven claros guiños al cine clásico de Hollywood.

En definitiva, es una película que se puede disfrutar con cierta amplitud de miras, y sin exigencias. Hay que saber qué se va a ver, y no aspirar a la mejor película de la historia.