El problema de la cinefilia es que o es retro y mola, o tiene mensaje; si no, no es una buena película.

Esta película pertenece al cine negro independiente europeo, cumple los requisitos, pero oh! con lo dura que es y lo retorcido de los sucesos, ¿por qué no hay mensaje? con lo explícita que es y los extraños personajes ¿donde está la moraleja?

Resulta que la gente es tan snob que necesita un contenido profundo en una obra de arte, de cualquier índole, atañéndonos en este caso al cine. Bueno, pues es la película mas retorcida que he visto hasta ahora y lo retorcido es precisamente que nada es imposible, no hay extrañas operaciones ni complejos aparatos, hay cámaras, drogas y la maldad del hombre. Y no tiene más, solo son hechos terribles en un ambiente relativamente cotidiano.

Esta película es solo entretenimiento, igual no es entretenimiento familiar, ni infantil ni adolescente, es "entretenimiento independiente". Pero he leído críticas de que el autor usa una retórica vacía para excusar los actos que aparecen descritos, nada mas lejos de la realidad, en todo caso, el autor muestra la banalidad de las palabras para excusar lo que sucede,¿ queréis un mensaje? Pues habrá que verse otra basura de mínimo presupuesto y máximos supuestos, que parece que no poner banda sonora sea el único requisito del dogma 95 y ya con eso todos tengamos que apreciar la maestría de un director comercial que por no tener dinero se autoproclamó independiente.

La película con presupuesto mínimo, escenarios próximos y actores sin formación, goza de un guión brillante con un terrible defecto, es solo para jugadores habituales de rol. Esto lo he comprobado viéndola con varias personas y si bien es cierto que su corta duración nos ha dado que hablar a muchos a otros tantos no les ha sacado más que la leve sonrisa de ver a chavales disfrazados haciendo el salvaje.

Aunque el final defrauda, el durante es comedia rolera pura donde todos los que hemos jugado alguna vez nos vemos reflejados al máximo y ridiculizados por lo absurdo de las situaciones en un momento "real de los hechos". De modo, que a lo que ésta película aspira, que es a entretener y divertir a un público más que específico, puedo decir que merece todas las felicitaciones que se le pueden dar.

Esta película podría ser en un futuro un clásico del cine Z. El problema es que este desconocidísimo género hace que la crítica machaque una película que casi por norma debe defraudar a quien la vea, perfectamente a la altura de las películas de Troma o las viejas historias friki-eróticas de Jesús Franco, este filme nos hace pensar que aun queda una esperanza para todos los que creemos en que el cine de última categoría no tiene por que ser la bazofia de imitaciones baratas de Asylum y su 3D de niño de 15 años experimentando.

Pedro Temboury ha seguido a raja tabla las 3 reglas de su maestro para hacer buen cine y el resultado es una película de argumento inverosímil, destripe con silicona y sirope y artes marciales de gimnasio de pueblo pero que cumple al 100% las expectativas de todo cinéfilo acostumbrado a este género tan poco apreciado y desgraciadamente tan despreciado por la crítica media.