Por fin en nuestro país se hace una comedia de calidad, acostumbrados a subproductos de producción propia de T5 y A3, una productora semi-independiente y con bajo presupuesto nos hace rememorar los mejores momento de las geniales "Larry David" o "Seinfeld", con situaciones que te mantienen en un suitil equilibrio entre lo cómico, lo trágico y lo absurdo y que provoca una extraña desazón entre la lástima y la verguenza ajena. 20 minutos por cápitulo que se antojan cortos y esperando la confirmación de una segunda temporada.

Alex es un tipo que impone su impronta en todos sus trabajo, que hace que reconozcas sus películas aunque no sepas que son suyas. Con 30 Monedas se mantiene fiel a su peculiar estilo. Excesos y extremismos que yo particularmente devoro con fe ciega, y perdono la falta de trabajar los pequeños detalles, pero que al final son solo eso, pequeños detalles que he aprendido a obiar y centrarme en disfrutar de sus mundos tan particulares.
La primera entrega de la serie es un despliegue impresionante de interpretaciones de la mayor parte del reparto, Silvestre me chirria un poco pero voy a darle tiempo, y un bestial despliegue visual. Casi una hora y veinte minutos que se hacen cortos.
A Alex o lo amas o lo odias, y yo lo amo.

A pesar de mi edad (46) no soy gran conocedor de los comics de super heroes, pero lo suficiente cómo para no identificar el trabajo de Johnstone con el personaje de los tebeos de mi infancia, pero si obiamos la dificultad de adaptar un personaje de la cultura popular al que cada uno de nosotros hemos dado forma en nuestra imaginación con la ayuda del genial Stan Lee, la película carece de la continuidad narrativa para mantener mi atención más allá de lo necesario con interpretaciones flojas a pesar de contar con Tommy Lee, puesto para engordar el cartel, y una sorprenden aparación final de Laurence Fishbuerne que parece recien salido del set de Matrix. Para resumir: Chicle para la vista