No sé cuánto dinero se invertirá -o más concretamente "malgastará"- en el cine español al año; sin embargo, y parafraseando a Pérez-Reverte, está claro que se gastan el dinero, los "mortadelos" en hacer este tipo de cutrerías.
Artísticamente es completamente deficiente; que tampoco se esperaba un clásico instantáneo, pero no cumple ni unos mínimos. Es más el tirón de actores conocidos, pero ni así.
Más de uno se me echará al cuello, pero en este caso está más que justificado el estereotipo de "cine español, buah seguro que es mala".

El cine de Hollywood, o el occidental por lo menos, siempre se ha caracterizado por querer "educar" -por no decir manipular- a la gente desde que el cine es cine.
Como ya ocurriera en el escenario de la guerra fría, en la que todo lo americano era super guay-cool y lo soviético era la encarnación del mal, ahora el "escenario" ha cambiado a las guerras culturales.

El producto que se nos quiere endosar es el resultado de la nueva ola postmodernista que tanto excita al mundo anglosajón: un pastiche ideológico, bien adaptado para hacer propaganda de las partes que más interesan, y sobre todo que más interesan a las élites, que se creen que los espectadores somos idiotas.

Siempre ha habido cine propagandístico, pero incluso a veces alguno de esos tenía algo de miga, y formaban una categoría propia para saber de qué iba la cosa.

Pero ahora, parecer que el propio cine mainstream ha pasado de desarrollar arquetipos bien formados a un nuevo tipo de cine propagandístico como regla general.

El título de esta crítica es la PERLA que el presentador Félix Linares, del programa de cine del canal ETB "La noche de" soltó sobre esta película, así sin vaselina ni nada.

La frase, que queda para la historia del cine -y de la tele- reza así:
"Es la película en la que Antonio Banderas gesticula de tal manera que hasta Sylvester Stallone parece buen actor".

No hay más preguntas señoría.

Esta frase, desenfada pero muy acertada, es lo que respondió en actor Anthony Mackie cuando le preguntaron que por qué la gente había dejado de ir al cine.
Puede que el cine ahora se disfrute en casa y a un precio más que asequible, pero las ideas que expuso reflejan de forma totalmente adecuada el estatus del canon, del cine hollywoodiense.
Y si esto es quejarse, pues que se aguante el personal.

Hoy día ya no se hacen películas en general; se hacen películas para audiencias concretas, y ésta está más que clara. Todo son secuelas, precuelas, adaptaciones o "reinterpretaciones", y eso es lo que falla en el cine. Valen más los temas que el contenido, y eso ha hecho que películas como esta reciban una puntuación como esa.
Porque los cineastas ya no se preocupan de hacer buen cine.