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Críticas de Ini_LeFreak
25 de noviembre de 2015
38 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título de la crítica es un tanto ambicioso, así como lo es la serie creada por Aziz Ansari y Alan Yang. Y no, no estamos ante uno de esos casos de obras ambiciosas que se quedan en vanas pretensiones, "Master of None" es ambiciosa, pero humilde, muy humilde.
A través de la particular, pero a la vez anodina, vida de Dev, Ansari y Yang nos transmiten sus inquietudes, las de esta generación que nos ha tocado vivir (la de los actuales treintañeros) y lejos de quedarse en un salomónico discurso, huyen del sermón al uso aportando diferentes puntos de vista sobre los temas que deciden plantear. Así pues, observamos los problemas que nos abordan a diario (y otros que consideramos, a menudo, ajenos) desde varias perspectivas que nos dirigen a una conclusión común. Es difícil no estar de acuerdo con lo evidente. A veces nos cuesta verlo, y otras a pesar de verlo, reconocerlo, pero Ansari y Yang se las apañan para que todo fluya de manera orgánica y lleguemos a conclusiones obvias, pues al final, por muy especiales que nos creamos, pertenecemos a una generación, y como tal, tenemos claros problemas e inquietudes en común.
En el apartado técnico destacar ese tono, esa fotografía tan distintiva del cine indie, que intensifica la cotidianeidad que se quiere transmitir y que, en esta era seriéfila repleta de series con fotografías al uso, se agradece bastante. La banda sonora no es destacable, pero cumple bastante bien con su función. Los guiones son sobresalientes y convierten a cada episodio en una pequeña joya, que bien podrían funcionar en solitario como películas, pero que conjugan un todo aún mejor.
En cuanto al reparto, aunque hay algunos secundarios mejores que otros, Dev y Rachel se convierten en los reyes indiscutibles de la serie. La química entre los dos, consigue traspasar la pantalla y te hace partícipe de sus idas y venidas. Su simpatía, naturalidad y carácter los convierte en muy poco tiempo en personajes entrañables.
Aunque la serie tiene un hilo argumental troncal (muy bien difuminado, todo hay que decirlo), toca un tema diferente en cada episodio, ya depende de tí, con cuál te sientas más identificado. Lo que sí es común en todos es su humor: ácido, anecdótico y sobre todo, crítico, muy crítico.
En definitiva, la serie te hará reír, involucrarte, en y en ocasiones, te incomodará positivamente. Nadie lo esperaba, llegó sin avisar, pero "Master of None" se convierte ipso facto, en una de las obras maestras de la televisión contemporánea. ¿Tendrá más temporadas? Aún no se sabe (pero el éxito de crítica nos hace intuir que así será). ¿Son necesarias? Si son así de buenas, la respuesta es sí.
A través de la particular, pero a la vez anodina, vida de Dev, Ansari y Yang nos transmiten sus inquietudes, las de esta generación que nos ha tocado vivir (la de los actuales treintañeros) y lejos de quedarse en un salomónico discurso, huyen del sermón al uso aportando diferentes puntos de vista sobre los temas que deciden plantear. Así pues, observamos los problemas que nos abordan a diario (y otros que consideramos, a menudo, ajenos) desde varias perspectivas que nos dirigen a una conclusión común. Es difícil no estar de acuerdo con lo evidente. A veces nos cuesta verlo, y otras a pesar de verlo, reconocerlo, pero Ansari y Yang se las apañan para que todo fluya de manera orgánica y lleguemos a conclusiones obvias, pues al final, por muy especiales que nos creamos, pertenecemos a una generación, y como tal, tenemos claros problemas e inquietudes en común.
En el apartado técnico destacar ese tono, esa fotografía tan distintiva del cine indie, que intensifica la cotidianeidad que se quiere transmitir y que, en esta era seriéfila repleta de series con fotografías al uso, se agradece bastante. La banda sonora no es destacable, pero cumple bastante bien con su función. Los guiones son sobresalientes y convierten a cada episodio en una pequeña joya, que bien podrían funcionar en solitario como películas, pero que conjugan un todo aún mejor.
En cuanto al reparto, aunque hay algunos secundarios mejores que otros, Dev y Rachel se convierten en los reyes indiscutibles de la serie. La química entre los dos, consigue traspasar la pantalla y te hace partícipe de sus idas y venidas. Su simpatía, naturalidad y carácter los convierte en muy poco tiempo en personajes entrañables.
Aunque la serie tiene un hilo argumental troncal (muy bien difuminado, todo hay que decirlo), toca un tema diferente en cada episodio, ya depende de tí, con cuál te sientas más identificado. Lo que sí es común en todos es su humor: ácido, anecdótico y sobre todo, crítico, muy crítico.
En definitiva, la serie te hará reír, involucrarte, en y en ocasiones, te incomodará positivamente. Nadie lo esperaba, llegó sin avisar, pero "Master of None" se convierte ipso facto, en una de las obras maestras de la televisión contemporánea. ¿Tendrá más temporadas? Aún no se sabe (pero el éxito de crítica nos hace intuir que así será). ¿Son necesarias? Si son así de buenas, la respuesta es sí.
10 de agosto de 2010
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si se pudiese definir ésta serie de alguna forma sin duda sería como el "House" y el "C.S.I." del fútbol. Un anime de corte deportivo y realista en el más amplio y puro sentido de ambas palabras.
Nos encontramos con un equipo, el East Tokyo United (ETU) al borde del más absoluto fracaso. La última solución plausible pasa por la contratación de la mayor estrella de los días de gloria del equipo: Tatsumi.
Tatsumi es un personaje aparentemente descuidado, arrogante y con unos métodos un tanto particulares, pero que al final demuestra como podremos ir observando, saber lo que se hace a la perfección. Con éstas características será imposible en un principio, no sólo pasar desapercibido, sino ganarse la confianza de los jugadores, la directiva y los aficionados. Todo reside en su modus operandi, el "Giant Killing", la matanza de gigantes, una técnica infalible para aprovechar la condición de equipo pequeño y poder acabar con todos los equipos a priori superiores.
Una gozada de anime que viene a ser un soplo de aire fresco a las ya machacadas y anticuadas series de fútbol fantasioso como "Oliver y Benji", que aunque de niño nos hicieron disfrutar como tales, de mayor comprobamos como de mal envejecieron.
Los mayores fuertes de la serie residen en el gran carisma del protagonista, Tatsumi, que se aleja tanto de los estereotipos de los protagonistas habituales de las series deportivas como del rol de éstos (no es nada habitual que el protagonista sea un entrenador de fútbol), y en el apartado técnico y didáctico del desarrollo de las tramas (es un disfrute ver como cada decisión llevada a cabo por el protagonista pertenece desde el principio a un todo perfectamente programado y desarrollado con total y absoluto control).
En definitiva, una serie altamente recomendable tanto por su calidad como por su asequible duración y un regalo para los aficionados al fútbol y/o el anime.
Nos encontramos con un equipo, el East Tokyo United (ETU) al borde del más absoluto fracaso. La última solución plausible pasa por la contratación de la mayor estrella de los días de gloria del equipo: Tatsumi.
Tatsumi es un personaje aparentemente descuidado, arrogante y con unos métodos un tanto particulares, pero que al final demuestra como podremos ir observando, saber lo que se hace a la perfección. Con éstas características será imposible en un principio, no sólo pasar desapercibido, sino ganarse la confianza de los jugadores, la directiva y los aficionados. Todo reside en su modus operandi, el "Giant Killing", la matanza de gigantes, una técnica infalible para aprovechar la condición de equipo pequeño y poder acabar con todos los equipos a priori superiores.
Una gozada de anime que viene a ser un soplo de aire fresco a las ya machacadas y anticuadas series de fútbol fantasioso como "Oliver y Benji", que aunque de niño nos hicieron disfrutar como tales, de mayor comprobamos como de mal envejecieron.
Los mayores fuertes de la serie residen en el gran carisma del protagonista, Tatsumi, que se aleja tanto de los estereotipos de los protagonistas habituales de las series deportivas como del rol de éstos (no es nada habitual que el protagonista sea un entrenador de fútbol), y en el apartado técnico y didáctico del desarrollo de las tramas (es un disfrute ver como cada decisión llevada a cabo por el protagonista pertenece desde el principio a un todo perfectamente programado y desarrollado con total y absoluto control).
En definitiva, una serie altamente recomendable tanto por su calidad como por su asequible duración y un regalo para los aficionados al fútbol y/o el anime.
2014
8 de febrero de 2014
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La crítica que hasta ahora habíamos podido leer de algunos medios era muy positiva, y mi sensación tras su visionado no se queda atrás. "La Lego Película" tiene muchísimas más virtudes que defectos, y ante todo, no es una película cualquiera.
El primer pensamiento que nos podría haber venido a cualquiera tras leer en su día el anuncio de la película, sería lógicamente pensar que esta película era un sacacuartos, una excusa para vender merchandising y dar un empujón a la marca de cualquier forma, pero nada más lejos de la realidad. La película tiene un objetivo muy claro y una historia muy cuidada con un bonito mensaje a la par que arriesgado, y esto último, lo entenderéis cuando la veáis.
La película tiene ritmo, nostalgia, originalidad, espectacularidad y un buen puñado de cameos que harán las delicias de los más frikis. Pero ante todo, esta película es un derroche de imaginación, la cual es el eje principal de la película y queda patente en cada segundo de la misma.
En el aspecto negativo, hay que destacar en primer lugar el tipo de animación utilizada, un stop motion con el que se ha querido acentuar ese carácter "constructivo" por el que se caracteriza la popular marca, pero al que cuesta habituarse. Una vez superado el trámite, hay que reconocer de igual forma que se disfruta bastante pues el toque artesano añade espectacularidad al film.
El otro aspecto negativo, y para mí el más acentuado, es el humor, y es que aunque la película es divertida y contiene muchos golpes con una gran carga humorística con los que sale victoriosa, durante todo el film trata de buscar la risa con otros muchos gags que buscan la carcajada y se quedan a medias tintas solo resultando ser simpáticos. Quién haya visto la película "Lluvia de albóndigas" entenderá de qué le hablo, pues es de los mismos directores y pecan del mismo tipo de fallos.
Otro de los fallos, aunque esto es ya ponerse un poco puntilloso, es que en la edición española no han sabido cuidar detalles como que en ocasiones los mensajes, carteles, fachadas, etc., que aparecen en la película, en ocasiones son traducidos al español de forma integrada, y en otras ocasiones se mantienen en inglés, quedando un tanto rara esa desorganización.
Dicho todo esto, hay que destacar también el mimo que le han puesto al doblaje español que jugaba con el gran handicap de competir con la alargada sombra del plantel de la versión original, plagado de grandes estrellas. Entre todas las voces, tenemos que destacar en especial la del gran Claudio Serrano del cual podremos disfrutar en una gran parte del metraje interpretando a nuestro queridísimo Batman, aunque en un faceta bastante diferente a la que conocemos de él y con la que estamos seguros, que Claudio habrá disfrutado trabajando.
Sin mucho más que (poder) contar, solo me queda recomendar encarecidamente su visionado, y decir que merece la pena, y más ahora con estos nuevos y lógicos precios, acudir al cine a verla, y destacar que si sois apasionados del 3D, esta película hace un gran uso del mismo. "La Lego Película" es una gran y original película que os hará pasar un genial rato y os hará reflexionar, y si además sois aficionados a la marca, como yo, la disfrutaréis especialmente.
Lego go go!
PD: Este servidor se lanza a la piscina y se atreve a aventurar que la película estará nominada COMO MÍNIMO a "Mejor película de animación" en los Oscars del año que viene. Lo dicho, como mínimo.
El primer pensamiento que nos podría haber venido a cualquiera tras leer en su día el anuncio de la película, sería lógicamente pensar que esta película era un sacacuartos, una excusa para vender merchandising y dar un empujón a la marca de cualquier forma, pero nada más lejos de la realidad. La película tiene un objetivo muy claro y una historia muy cuidada con un bonito mensaje a la par que arriesgado, y esto último, lo entenderéis cuando la veáis.
La película tiene ritmo, nostalgia, originalidad, espectacularidad y un buen puñado de cameos que harán las delicias de los más frikis. Pero ante todo, esta película es un derroche de imaginación, la cual es el eje principal de la película y queda patente en cada segundo de la misma.
En el aspecto negativo, hay que destacar en primer lugar el tipo de animación utilizada, un stop motion con el que se ha querido acentuar ese carácter "constructivo" por el que se caracteriza la popular marca, pero al que cuesta habituarse. Una vez superado el trámite, hay que reconocer de igual forma que se disfruta bastante pues el toque artesano añade espectacularidad al film.
El otro aspecto negativo, y para mí el más acentuado, es el humor, y es que aunque la película es divertida y contiene muchos golpes con una gran carga humorística con los que sale victoriosa, durante todo el film trata de buscar la risa con otros muchos gags que buscan la carcajada y se quedan a medias tintas solo resultando ser simpáticos. Quién haya visto la película "Lluvia de albóndigas" entenderá de qué le hablo, pues es de los mismos directores y pecan del mismo tipo de fallos.
Otro de los fallos, aunque esto es ya ponerse un poco puntilloso, es que en la edición española no han sabido cuidar detalles como que en ocasiones los mensajes, carteles, fachadas, etc., que aparecen en la película, en ocasiones son traducidos al español de forma integrada, y en otras ocasiones se mantienen en inglés, quedando un tanto rara esa desorganización.
Dicho todo esto, hay que destacar también el mimo que le han puesto al doblaje español que jugaba con el gran handicap de competir con la alargada sombra del plantel de la versión original, plagado de grandes estrellas. Entre todas las voces, tenemos que destacar en especial la del gran Claudio Serrano del cual podremos disfrutar en una gran parte del metraje interpretando a nuestro queridísimo Batman, aunque en un faceta bastante diferente a la que conocemos de él y con la que estamos seguros, que Claudio habrá disfrutado trabajando.
Sin mucho más que (poder) contar, solo me queda recomendar encarecidamente su visionado, y decir que merece la pena, y más ahora con estos nuevos y lógicos precios, acudir al cine a verla, y destacar que si sois apasionados del 3D, esta película hace un gran uso del mismo. "La Lego Película" es una gran y original película que os hará pasar un genial rato y os hará reflexionar, y si además sois aficionados a la marca, como yo, la disfrutaréis especialmente.
Lego go go!
PD: Este servidor se lanza a la piscina y se atreve a aventurar que la película estará nominada COMO MÍNIMO a "Mejor película de animación" en los Oscars del año que viene. Lo dicho, como mínimo.
29 de junio de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si lo que quieres es acción sin más, entretenimiento sin complicaciones y/o fanservice, esta no es tu serie. No pasa nada, hay una serie para cada momento y tienes otras muchas a tu disposición, inclusive a sus compañeros de batalla de Marvel/Netflix. Pero Luke Cage no es esa serie.
Luke Cage es algo más que una serie de superhéroes, está perfectamente cuidada en sus diferentes aspectos, es genuina, realista en la medida que puede serlo, sus escenarios están vivos, el casting, la música y la fotografía son las de una serie de postín. Te podrán interesar más o menos las historias que cuenten y los personajes que presenten desde el punto de vista marvelita, pero si nos hubiesen presentado esta serie en HBO sin que nadie supiese que es una serie de Marvel, es más que posible que hubiese colado. ¿Podrían hacer eso el resto de series? Personalmente, lo dudo. Por eso, a mi humilde entender, Luke Cage se convierte en el mejor y más consolidado producto de Marvel/Netflix.
Sus personajes tienen conflictos poderosos (la clave de cualquier buena narración) y actúan movidos por ellos la mayoría de veces, de manera visceral y salvaje. Sus villanos no son malvados per se, la mayoría tienen fuertes y ambiguas motivaciones que si bien no hacen que justifiques sus acciones (menos mal), si que propician que puedas llegar a entenderlos. Harlem se convierte en un protagonista más, sus calles respiran, hablan, sufren o ríen según la ocasión. La música embriaga sus escenas lo suficiente como para transportarte a la acción, a la intensidad de sus diálogos, a sus derroches, según se necesite.
Harlem es un pequeño y particular Westeros, en el que bajo la atenta mirada y magnificencia de Notorious BIG, se suceden cruentas batallas para coronar al único y legítimo Rey del barrio.
Vamos a centrarnos un poco más en cada temporada, pues estando la primera bastante bien, es su segunda temporada la que la ha consolidado como el producto que es.
Luke Cage es algo más que una serie de superhéroes, está perfectamente cuidada en sus diferentes aspectos, es genuina, realista en la medida que puede serlo, sus escenarios están vivos, el casting, la música y la fotografía son las de una serie de postín. Te podrán interesar más o menos las historias que cuenten y los personajes que presenten desde el punto de vista marvelita, pero si nos hubiesen presentado esta serie en HBO sin que nadie supiese que es una serie de Marvel, es más que posible que hubiese colado. ¿Podrían hacer eso el resto de series? Personalmente, lo dudo. Por eso, a mi humilde entender, Luke Cage se convierte en el mejor y más consolidado producto de Marvel/Netflix.
Sus personajes tienen conflictos poderosos (la clave de cualquier buena narración) y actúan movidos por ellos la mayoría de veces, de manera visceral y salvaje. Sus villanos no son malvados per se, la mayoría tienen fuertes y ambiguas motivaciones que si bien no hacen que justifiques sus acciones (menos mal), si que propician que puedas llegar a entenderlos. Harlem se convierte en un protagonista más, sus calles respiran, hablan, sufren o ríen según la ocasión. La música embriaga sus escenas lo suficiente como para transportarte a la acción, a la intensidad de sus diálogos, a sus derroches, según se necesite.
Harlem es un pequeño y particular Westeros, en el que bajo la atenta mirada y magnificencia de Notorious BIG, se suceden cruentas batallas para coronar al único y legítimo Rey del barrio.
Vamos a centrarnos un poco más en cada temporada, pues estando la primera bastante bien, es su segunda temporada la que la ha consolidado como el producto que es.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
15 de noviembre de 2014
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy un confeso amante de las pelis del espacio, del espacio puro y duro, no de la fantasía espacial, es más, me atrevo a defender esta corriente como género cinematográfico propiamente dicho. Hoy me disponía a ver la última película de Nolan, el cual no me apasiona especialmente (sobre todo, por su evidente nula capacidad de síntesis narrativa), de la que prácticamente solo estaba escuchando críticas MUY positivas. Las premisas eran potentes: una gran pasión por este género por mi parte, y una de las mejores películas del espacio de la historia (según leía).
"¿Dos horas y cincuenta minutos? Ya está Nolan haciendo lo de siempre... Bueno, veamos..."
Pues sí, dos horas y cincuenta minutos sí, pero no como siempre. Dos horas y cincuenta minutos absolutamente necesarias minuto por minuto, perfectamente calibradas y equilibradas, pasando de la emoción a la tensión de forma casi magistral (cuando no estaba embelesado por el ideario desplegado, estaba con los músculos cervicales y los puños apretados).
Interstellar es un homenaje, un homenaje con identidad propia y que sabe desmarcarse cuando debe para dejar su particular huella en la historia de este género. Junta de la mano a la poética de "2001: Odisea en el espacio" (preciosos los diferentes homenajes hacia esta) y al humanismo esperanzador de "Contact", pero no es ni una ni otra, ya que Interstellar da respuesta a lo que reclama el público de la última década: respuestas detalladas. Aquí es donde entramos en el peligroso terreno de la aceptación. "¿Te gustan las respuestas?, ¿Te parecen acertadas?, ¿Son científicamente rigurosas?", mayoritariamente sí, y me gustaría recalcar, que si te vas a obsesionar en exceso con la última pregunta de todas y no sabes aceptar el juego que supone ver una película, será mejor que te dediques a ver documentales.
Interstellar tiene lo que siempre he buscado en una película del espacio, satisface mis preguntas más profundas y va más allá para transmitirme desde el otro lado de la pantalla, la misma fascinación que yo siento por el infinito negro. No puedo evitar eso sí, pensar en cómo hubiese resultado la película si finalmente la hubiese realizado Spielberg. Recordemos, que este era su gran proyecto desde hace unos diez años. Es posible que la película se hubiese encaminado más a lo que se nos contó en Contact, al menos en modo.
La película no es perfecta, ojo, tiene sus dos o tres cositas (como casi todas) mejorables o incoherentes, pero si que deja el listón muy alto, y hará que las siguientes tengan que emplearse a fondo para superarla, lo cual es una gozada de cara al espectador.
Resumiendo, Interstellar es una película que te marca, es un viaje fantástico hacia lo desconocido, y se atreve, en cierta parte, a darle respuesta. Dos horas y cincuenta minutos de fascinación, paranoia y disfrute delante de la gran pantalla que se te quedan atorados en lo más profundo del estómago y el cerebro, y que es imposible de quitarte de encima ni cuando llegas a casa, ni con una ducha ni con la almohada. Así, da gusto ir al cine.
Si lo que querías era rayarme, lo has conseguido, Nolan.
"¿Dos horas y cincuenta minutos? Ya está Nolan haciendo lo de siempre... Bueno, veamos..."
Pues sí, dos horas y cincuenta minutos sí, pero no como siempre. Dos horas y cincuenta minutos absolutamente necesarias minuto por minuto, perfectamente calibradas y equilibradas, pasando de la emoción a la tensión de forma casi magistral (cuando no estaba embelesado por el ideario desplegado, estaba con los músculos cervicales y los puños apretados).
Interstellar es un homenaje, un homenaje con identidad propia y que sabe desmarcarse cuando debe para dejar su particular huella en la historia de este género. Junta de la mano a la poética de "2001: Odisea en el espacio" (preciosos los diferentes homenajes hacia esta) y al humanismo esperanzador de "Contact", pero no es ni una ni otra, ya que Interstellar da respuesta a lo que reclama el público de la última década: respuestas detalladas. Aquí es donde entramos en el peligroso terreno de la aceptación. "¿Te gustan las respuestas?, ¿Te parecen acertadas?, ¿Son científicamente rigurosas?", mayoritariamente sí, y me gustaría recalcar, que si te vas a obsesionar en exceso con la última pregunta de todas y no sabes aceptar el juego que supone ver una película, será mejor que te dediques a ver documentales.
Interstellar tiene lo que siempre he buscado en una película del espacio, satisface mis preguntas más profundas y va más allá para transmitirme desde el otro lado de la pantalla, la misma fascinación que yo siento por el infinito negro. No puedo evitar eso sí, pensar en cómo hubiese resultado la película si finalmente la hubiese realizado Spielberg. Recordemos, que este era su gran proyecto desde hace unos diez años. Es posible que la película se hubiese encaminado más a lo que se nos contó en Contact, al menos en modo.
La película no es perfecta, ojo, tiene sus dos o tres cositas (como casi todas) mejorables o incoherentes, pero si que deja el listón muy alto, y hará que las siguientes tengan que emplearse a fondo para superarla, lo cual es una gozada de cara al espectador.
Resumiendo, Interstellar es una película que te marca, es un viaje fantástico hacia lo desconocido, y se atreve, en cierta parte, a darle respuesta. Dos horas y cincuenta minutos de fascinación, paranoia y disfrute delante de la gran pantalla que se te quedan atorados en lo más profundo del estómago y el cerebro, y que es imposible de quitarte de encima ni cuando llegas a casa, ni con una ducha ni con la almohada. Así, da gusto ir al cine.
Si lo que querías era rayarme, lo has conseguido, Nolan.
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