La dimensión desconocida: El silencio (TV) (1961)

Una singular apuesta pactada por dos miembros de un exclusivo club -uno de ellos deberá permanecer en silencio durante un año si quiere ganar medio millón de dólares- da pie a un capítulo cargado de nervio. El suspense no viene dado por un aspecto mágico o sobrenatural, sino que procede de la lucha de egos, de la competición entre seres privilegiados, dos orgullosos aristócratas que practican juegos crueles arriesgando su reputación. Ambientes clasistas rodean a caballeros elegantes con un corazón negro.

Unas excelentes interpretaciones y un final revelador redondean este capítulo inolvidable. Está inspirado en un cuento de Chéjov de 1889 titulado “La apuesta”, en el que un banquero y un abogado pactan que el segundo pase 15 años recluido a cambio de dos millones.

109/05(04/04/21) Muy ameno e incisivo 61 episodio de la serie antológica de culto creada por Rod Serling, el capítulo 25 de la segunda temporada, con guión del creador inspirándose libremente en un cuento de de Anton Chekhov, “La apuesta” de 1889, donde un banquero y un abogado pactan que el segundo pase 15 años recluido a cambio de dos millones, aquí la apuesta es sobre es entre dos fantoches arrogantes, donde uno harto de la constante charlatanería del otro, apuesta con este que permanezca un año en silencio y le pagará medio millón de dólares. Una notable entrega que se distingue de gran parte del resto de la serie por estar situado en el presente y además, y más importante por no tener elemento fantástico alguno. Donde se puede extraer como tema de fondo la superficialidad y decadencia moral de la clase alta, su altanería e hipocresía.

Narración de apertura: La nota que lleva este hombre a través de la sala de un club tiene la forma de una apuesta propuesta, pero es el tipo de apuesta que no tiene precedentes. Se destaca en los anales de las apuestas como el juego de azar más extraño jamás ofrecido por un hombre a otro. En solo un momento, veremos los términos de la apuesta y lo que el joven Sr. Tennyson hace al respecto. Y en el proceso, seremos testigos de que todas las partes hacen girar una rueda de azar en un casino muy extraño llamado Twilight Zone.

El coronel Archie Taylor (gran Franchot Tone), un aristócrata brusco, tiene dificultades para disfrutar de su club de hombres debido a la constante charla de su compañero Jamie Tennyson (estupendo Liam Sullivan, con una imagen de hermano gemelo siamés de Vittorio Gassman separado al nacer). En un esfuerzo por callar a Tennyson, Taylor propone una apostarle $ 500,000 a Tennyson a que no puede permanecer en silencio durante un año. Si Tennyson acepta la apuesta, se erigirá un pequeño apartamento con paredes de vidrio en la sala de juegos del club para alojarlo. Allí, será monitoreado por micrófonos para que no pueda hablar sin ser detectado. Solo puede escribir notas para comunicarse o hacer solicitudes, y los demás miembros pueden observarlo a través del cristal en su tiempo libre. Tennyson se siente ofendido pero está de acuerdo, y le dice a su compañero del club George Alfred (Jonathan Harris) que ama profundamente a su esposa y necesita el dinero para pagar las deudas contraídas por sus gastos exorbitantes.

Un episodio en el que al principio te puede pasar como al coronel, que te resulte ‘jartible’ la palabrería de Jamie, pero cuando Archie arremete de modo presuntuoso y pedante contra Tennyson la balanza vira, lo insulta y veja de modo clasista, más aun cuando oímos que es el parlanchín un pobre hombre enamorado de su materialista esposa y que está dispuesto a lo que sea con tal de complacerla en sus desmanes de dinero. Esto se acrecienta cuando Archie una vez enfrascados en la apuesta lo ataca en su ‘pecera’ para que deje el desafío, ello metiéndose con su esposa, poniéndola como un pendón, y entonces notamos que el coronel no es trigo limpio, y sentimos lástima por el ‘cobaya’. Sentimos la valentía de Tennyson en su aguante estajanovista, ello en un duelo de voluntades inteligente. Y todo esto derivando en un final de doble traca, con un doble tirabuzón (que como si siempre en la serie) da lustre y hace que puedas recordarlo.

La ambientación es destacable por el cubículo de cristal que le crean en el club a Tennyson, por la forma de llevar la situación se podría ver como un antecedente del ‘Gran Hermano’ televisivo. Me queda la cuestión de donde está el servicio y la ducha? Nunca se ven. Y es que este tipo no tiene trabajo?; Ama a su esposa, pero puede estar un año sin verla? Es un club de hombres y por tanto no ha podido ir a verlo; Y está otro tema, pues se hace hincapié en el silencio de Tennyson de un año, pero y la reclusión en este habitáculo cual si fuera un preso? Esto es tanto o más reto. Pue no entiendo porque no puede moverse libremente por el club.