The Long Way Home (1997)

Es una pena que el talento de los cineastas de este documental haya sido eclipsado por una visión de la historia de la Palestina reciente tuerta y, por lo tanto, inexacta. Tuerta porque sólo mira una parte de la misma: el sufrimiento de los judíos europeos y su ansia por arribar a su mítica Palestina obviando y ocultando el dolor que produjeron las bandas armadas judías y la instauración del Estado de Israel, privando así al espectador del conocimiento de la tremenda tragedia árabe, la Naqba. Es por ello una visión inexacta e injusta para la memoria palestina y sobre todo para el propio espectador que acaba la visión del documental sin conocer realmente lo que ocurrió en aquellas tierras en la década de los años 40. Quien considere que las verdades a medias no son verdades, podrá concluir que no es éste un documental veraz y por lo tanto honesto con el espectador.

Recorrido somero, discreto, consabido, formal, como la redacción informada (en su aspecto más superficial y parcial) de un buen estudiante en su trabajo de fin de curso, por los años previos a la creación del Estado de Israel, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, 1945, hasta 1948, cuando se confirma su existencia y es reconocido oficial e internacionalmente por los que cuentan y mandan.
Mezcla las opiniones individuales de personas anónimas que vivieron esos años "en directo" con los testimonios de personajes más conocidos o decisivos durante esos acontecimientos.
Lo rematan con una voz en off que nos recuerda/resume/resucita los hits más señeros de ese recorrido.
Informativamente es rala, enunciativa, pacata y convencional. Humanamente es pobre, obvia y consabida.
Puede servir de marco, como cuadro de pintura leve, suave, blanda, tópica, sin mucha discusión o problema desde un punto de vista oficial, quedan fuera las cuestiones más peliagudas, discutidas o discutibles, especialmente los derechos de asentamiento en ese lugar concreto, si son ciertos, justos, buenos o más bien invasivos, abusivos e intrusivos, y, relacionado con esta cuestión, casi nada sabemos de la otra parte contratante, de los vecinos árabes que aquí quedan prácticamente eludidos, sus posibles problemas, opiniones, soluciones o quejas apenas cuentan en este relato, su voz es silenciada o descartada.
El tono es sencillo, medido, correcto. Quizás en algún momento peque de cierta grandilocuencia ensimismada y egocéntrica, como si solo los judíos hubieran sufrido durante la segunda contienda mundial, pero en general es un documental tan anodino como contenido, a favor, evidentemente, pero tampoco demasiado, como de lado, se da por supuesto todo, no es ni mucho menos ni un agresivo panfleto ni un lacrimoso y sensiblero engendro.