El ataque de la mujer de 50 pies (1958)

Sorprendido me dejó esta película, muy sorprendido. Principalmente porque no esperaba demasiado de ella y, fundamentalmente, porque esperaba que fuese otra película más de terrores gigantes ocasionados por experimentos fallidos de científicos o por pruebas nucleares, como era la moda en los años 50.
En esa época surgieron muchas películas de serie B de terror/ciencia-ficción sobre arañas gigantes (Tarantula), hormigas desproporcionadas (La humanidad en peligro), etc que tenían un patrón muy similar. Todos los personajes eran buenos, generosos, valientes en la mayoría de los casos. Eran inteligentes y estaban dispuestos a todo en favor de la humanidad. Quizás había un personaje avaricioso o loco (el científico creador) o alguien torpe que provocaba un error pero ahí se acababan las imperfecciones. El resto era la lucha de los valientes contra la naturaleza mutada y desatada. Y siempre había una pobre damisela que acababa enamorándose del protagonista.
Esta película rompe con todo ello. Aparte de empezar directamente sin introducciones ni preámbulos (los personajes se conocen sobre la marcha de la acción, nada de presentaciones previas), aquí nadie se salva. Nadie es realmente valiente, nadie es realmente bueno, todos son humanos. Es un cambio terriblemente agradable ver a personajes mujeriegos, avariciosos o torpes. Es un cambio también muy bueno ver cómo el amor es no correspondido y lo que ello desencadena, quizá la primera película "feminista" de la historia.
Buenos actores, una historia que mantiene el tipo durante su hora de duración y que va desarrollando el argumento a una velocidad suave pero rápida, buenos planos,... No hay mucha queja posible. Lástima de efectos especiales.
Y no es sólo que hayan pasado 50 años desde que se realizó y que la técnica haya avanzado mucho. El problema es que intentan usar efectos especiales más allá de sus posibilidades. En las otras películas antes mencionadas, los montajes o los "muñecos" tenían aspectos cuidados. Incluso dentro del limitado presupuesto y técnica, se pasaba por alto sin problemas que los efectos no fueran perfectos. Aquí es más complicado. Las escenas con maquetas están muy bien hechas y montadas. Las escenas con las manos gigantes quedan un poco más tristes, con unas manos que en ningún momento tienen consistencia ni atisbo de realidad. Pero lo peor son los montajes de los gigantes sobre la imagen real. Parecen más bien fantasmas, su imagen se vuelve casi transparente en el negativo. No sé a qué es debido, si al presupuesto o que no se podía hacer mejor pero es una auténtica lástima.

Mención aparte merece el cartel de la película, el cual se ha convertido ya en un clásico absoluto, en un icono casi, existiendo de hecho bastante gente que conoce el cartel pero no lo asocia a una película real.

Nancy Archer (Allison Sanders) heredera de un imperio financiero valorado en 50 millones de dólares, recién salida de un sanatorio mental y vilmente puteada y corneada por Harry (William Hudson), un tipejo que tiene como marido (esta con ella solo por su dinero y no tiene inconveniente en ponerla los cuernos a la vista de todo el mundo en el bar del pueblo con una pelirroja ligera de cascos), al salir escopeteada del bar de marras por no poder soportar los coqueteos del marido con la pelirroja Parker (Yvette Vickers) y deambular sola en el coche por un desértico ramal de la Ruta 66, tropieza con una extraña nave esférica de la cual baja un gigantesco tipo (solo vemos la mano) que tras el consiguiente susto la hace huir despavorida al pueblo a buscar ayuda, dándose la circunstancia de que nadie la cree teniendo en cuenta sus antecedentes mentales y su afición a la botella.
Trastornada por las burlas hacia su estado mental arrastra al marido hacia el desierto a buscar el satélite (estamos en plena era Sputnik y la nave es así llamada durante todo el metraje), para así probar a su escéptico y burlón marido que no estaba loca ni borracha la noche de autos, dándose la circunstancia de que se topan con la nave, en la cual vemos a un gigante que atrapa con una enorme mano a la mujer y al marido que ante los gritos de ayuda de esta pone pies en polvorosa abandonando ignominiosamente a la parienta.
A partir de aquí tenemos a Nancy convaleciente en su casa a donde ha sido trasladada al encontrarla sin conocimiento el el desierto y a el marido y la pelirroja conspirando para acabar con ella, cosa que no consiguen al convertirse esta en toda una mujerona de 50 pies sedienta de venganza.
Producida por la Woolner Bros Pictures, especializados en este tipo de joyitas para su distribución principalmente en autocines y eventualmente junto con Roger Corman a través de su American International Pictures (AIP) y dirigida por Nathan Juran, el también responsable de “20 Million Miles to Earth 1957” y “La gran sorpresa 1964” (dos verdaderas joyitas superiores en producción a esta y en color), nos encontramos ante una película muy divertida y voluntariosa a la vez que paupérrima en cuanto a efectos (cuando el gigante toma la ranchera para levantarla y arrojarla por los aires, mientras esta en sus manos vemos que es una furgoneta para volver a ranchera al caer al suelo, estando todos los demás en esta línea), con unos impagables diálogos (tanto la jerga científica como la de marido, pelirroja y representantes de la ley) y una deliciosa y bellísima Allison Anders, cuya imagen en faldita y top es prácticamente un icono cultural como demuestra el haber sido elegido el poster de la película en el que así luce, como el octavo mejor poster de una película de todos los tiempos por la revista “Premiere”.
Absolutamente recomendables estos 65 minutos de entrañable y divertido entretenimiento