Metallica: S&M (2000)

La idea de esta película es, a priori, muy interesante. El argumento trata de la transición que se produce cuando un artista (en este caso grupo musical) alcanza el punto culminante de su carrera para luego comenzar un inevitable declive creativo. En este caso, se utiliza una orquesta sinfónica para representar los recursos tan poco originales a los que se acaba aferrando un artista cuando la creatividad practicamente se ha esfumado. Es un gran punto de partida, sin embargo, la película flaquea en muchos aspectos. Vayamos por partes.

GUIÓN: El prólogo resulta interesante, pero a partir del primer punto de giro la historia decae y se mantiene en la misma dirección hasta el final. No existen reveses ni impulsos que hagan progresar la situación, los personajes no evolucionan y el clímax final no es contundente.

DIRECCIÓN: Flojea bastante. El director no supo captar la esencia de la idea y falla en su labor de transmitirla al espectador. A veces incluso da la sensación de haber trabajado con desgana, grabando con todas las cámaras a la vez, como si de una sit-com se tratase. Mal.

REPARTO: Hetfield lo borda en su papel de músico casi acabado al borde de un problema de alcoholismo, Hammet está impecable en su rol de títere del grupo, y Ulrich es sin duda el mejor de todos: a veces incluso da la sensación de que sabe tocar la batería de verdad. Al que le falta sintonizar con los demás actores es a Newsted. Menos mal que en el remake lo va a sustituir Robert Trujillo. Safada.

FOTOGRAFÍA: La iluminación es muy desconcertante: la luz se mueve constantemente, el color cambia de manera injustificada, e incluso se llegan a ver los focos en algunos planos abiertos. Otra campaneada del director.

ARTE: Bastante correcta, aunque no tengo de todo claro qué se pretendía evocar al poner un montón de butacas en la platea, teniendo en cuenta que al final todos los extras iban a permanecer de pie. Absurdo.

VESTUARIO: Chapeau por la caracterización de Hammet, que parece más amanerado de lo habitual.

MONTAJE: Muy videoclipero. Se ve que el pobre editor las pasó canutas al tener que solventar en postproducción las carencias de Wayne Isham como director. Al final, claro está, tuvo que decantarse por el corte videoclipero. Una lástima.

BANDA SONORA: La banda sonora es lo mejor del film, aunque hay que reconocer que la orquesta sinfónica va a su aire en innumerables ocasiones, con movimientos instrumentales metidos con calzador por encima de la base metalera. No obstante, es lo mejor de la cinta.

Eso sí, no vamos a darle un 10 en FilmAffinity a esta película solamente por su banda sonora, ¿verdad? Porque estamos en Filmaffinity para valorar otro tipo de formalidades, ¿verdad?

¿¿VERDAD??

Durante la grabación en 1991 de su disco homónimo, también conocido como "Black Album", Metallica contrató los servicios de Michael Kamen, que compaginaba su labor como compositor de bandas sonoras para films (Brazil, Los Inmortales, Arma Letal, X-Men...) con colaboraciones con músicos de rock como la banda Pink Floyd, Eric Clapton, David Bowie, Bryan Adams, etc. Su tarea fue la de introducir arreglos sinfónicos para una de las canciones más conocidas de la banda de heavy metal, la balada "Nothing Else Matters". Dichos arreglos apenas se pueden escuchar en la mezcla final, algo que a Kamen no le sentó muy bien, si bien a Metallica sí le encantó su trabajo. De hecho, como cara B de uno de sus singles, publicó una versión en la que sólo se escucha la voz de Hetfield, una guitarra acústica y la parte sinfónica con mucha más nitidez.

En aquel momento, y fruto de esta primera colaboración, a Kamen se le ocurrió la idea de realizar todo un concierto con arreglos sinfónicos. Metallica no mostró ningún interés hasta ocho años después, periodo en el que se convirtieron en uno de los grupos más exitosos del heavy metal, no tanto a nivel compositivo como de ventas. Hubo otros dos polémicos discos por medio, Load y Reload, cuyos temas se convertirían, juntos a los del Black Album, en el grueso del repertorio de este S&M.

El concierto comienza con "The Ecstacy of Gold", una pieza de Ennio Morricone perteneciente al film "El bueno, el feo y el malo" que desde sus inicios Metallica utiliza como intro en sus directos. Como curiosidad, se interpretó sin la bendición del compositor italiano al enterarse que se eliminarían las partes vocales. En cuanto al repertorio, este repasa, con más o menos acierto, la práctica totalidad de su discografía, obviando su debut "Kill 'Em All" seguramente porque sus canciones son demasiado thrasher para introducir arreglos sinfónicos. Además, incluyen dos temas compuestos para la ocasión: "No Leaf Clover" y "-Human".

Un concierto de lo más curioso, con unos Metallica a los que no les tiembla el pulso a la hora de experimentar, sin importarles cómo les va a salir la jugada. En este caso, creo que salen muy bien, aunque no llegan al sobresaliente. La orquesta sinfónica hace que unos temas adquieran una nueva y más que interesante dimensión, como en los casos "The Call of Ktulu", "The Outlaw Torn" o "Bleeding Me". Otros, sin embargo, tienen un flojo resultado, como en "Enter Sandman" o "Battery". Además, hablamos de un directo muy contenido y menos cañero que los Metallica "a solas", sobre todo si los comparamos con los directos del "Live Shit: Binge & Purge".

Para concluir, recomiendo el visionado en DVD, donde tenemos la opción de escuchar a la banda o a la orquesta por separado.