Queridas hermanas (2014)

A pesar de su metraje extralargo la trama empieza a ronronear como un gato, y te embauca con su runrún, la histriónica sensibilidad sentimentaloide del comienzo abre paso a unos devenires más apabullantes que hace crecer a los personajes, empatizar a los espectadores y creer en el verismo de sus actuaciones, ese paso de la niñez sentimental a la madurez se da con el nacimiento de los celos, odios y desconfianzas... Ambientación comedida, fotografía correcta e iluminación deseable marcan la pauta de una cinta que cuesta ver, pero que intensifica sus resultados al acabar. La omnisciencia del narrador le quita madurez pero le añade ese toque de fábula que desmitifica las relaciones humanas, que ejemplifica y dulcifica nuestra actitud crítica.

Ambientada en el siglo XVIII en un pequeño poblado alemán, la nueva película del realizador Dominik Graf narra la historia de un romance de dos hermanas con el poeta y filósofo Friedrich Schiller, y fue la representante alemana en los premios Oscar a mejor película en lengua no inglesa.

Las hermanas Caroline y Charlotte viven bajo la presión de su madre que solo aspira a que sus hijas consigan un marido con una poderosa capacidad económica, Caroline se casa con un hombre para salvar la economía de la familia a pesar de no amarlo, mientras su hermana conoce casualmente al poeta Schiller, a quien su madre no ve con buenos ojos.

Pronto Charlotte y Caroline, quienes desde niñas han sido muy unidas y se han hecho la promesa de compartirse todo en la vida, se sienten prendadas del escritor y comienzan una complicada relación escondida entre mensajes cifrados, hasta que Caroline debe volver a su vida marital, Charlotte se casa con Schiller y la relación entre las hermanas se desquebraja.

Con un diseño de producción apabullante, donde los escenarios, vestuario, peinados y demás consiguen que el espectador se transporte libremente a la época, Graff logra un relato intenso de amores compartidos y complicados, donde todo se narra desde la óptica de las hermanas, mientras que el personaje de Friedrich Schiller, afamado filósofo, poeta e historiador alemán, es poco explorado.

Graf abusa de ciertos recursos narrativos, como una voz en off que va llevando la historia y una música que subraya demasiado, en una historia donde la fastuosa ambientación roba protagonismo a una apasionada historia que sin embargo, consigue atrapar a pesar de lo recargado de la historia, ya que cuenta con demasiada información que no siempre es bien administrada, y su larga duración.

Aun así Graf logra un relato apasionado de una historia compleja.


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