Media votos
5,9
Votos
50
Críticas
38
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de ALFREBOBO:
4
7,4
14.146
Serie de TV. Thriller. Drama
Miniserie de TV (2018). 8 episodios. Tras pasar un breve tiempo en un hospital psiquiátrico, la periodista Camille Preaker regresa a su pequeña ciudad natal para cubrir los asesinatos de dos chicas adolescentes. Durante años, Camille apenas ha hablado con Adora Crellin, su neurótica e hipocondríaca madre, que vive con su marido y con su hija Amma, hermanastra de Camille, una joven a la que apenas conoce. Instalada en su antiguo ... [+]
2 de septiembre de 2018
71 de 111 usuarios han encontrado esta crítica útil
Objeto de exaltadas críticas laudatorias, he penado 8 horas de este tórrido mes de Agosto (y otras previas deleitándome con la expectativa) con ésto. Y digo “esto” porque lo que se nos vende como thriller criminal (y, ciertamente, se reviste del tono y atmósfera propios de este género) no es tal. “Esto” es un dramón femenino (que no familiar: el padre, único varón en el grupo, además de postizo respecto de la prota, es un muñeco pasivo en manos de la madre, perdido en un mundo de melodías pasadas); y un dramón siniestro de tintes tremebundos y psicóticos, escrito por una mujer, donde los productores ejecutivos son mujeres, y lo que realmente interesa es exponer las insanas relaciones entre los personajes femeninos de un universo poblado por mujeres víctimas y verdugos. El crimen que hace retornar a la Adams a su pueblo es un puro McGuffin, un señuelo, para atraparnos en estos 8 capítulos, excesivos en número. ¿Qué investigan la policía local y el agente federal? Beben, comen, tienen sexo, se afeitan en la barbería, porfían verbalmente y esperan a que alguien cuente algo (o confiese)
Y lo peor es que a ese dramón de los 7 capítulos iniciales no le da explicación alguna, salvo una escueta y estéril referencia al síndrome de Munchausen, con diversas variantes, dejado caer por una enfermera en una escena de trámite. Y, en cuanto a los crimenes recientes, hay que esperar al último capítulo para recibir una explicación (que se limita al “quién lo hizo”, hurtándonos el por qué y el cómo): porque la mal llamada sorpresa final (que apenas dura un minuto) no es sino la solución final al crimen que nos embarcó en ésta historia.
Nada aclaran los frecuentes flashbacks o alucinaciones de la prota, eso sí crean atmósfera y estilo. Y toda la temática sureña no es sino más carnaza para el dramón y poner a caer de un burro a estas hipócritas comunidades. Por todo ello, ni la excelente actuación del reparto, ni el cuidado de los aspectos técnicos, ni la opresiva y filosa atmósfera, pese a cautivarnos, nos libra del tedio por la catatonia de la intriga criminal y la sobreabundancia e inexplicada naturaleza de las insanas relaciones entre las protagonistas, que se exhibe y no se explica.
Y lo peor es que a ese dramón de los 7 capítulos iniciales no le da explicación alguna, salvo una escueta y estéril referencia al síndrome de Munchausen, con diversas variantes, dejado caer por una enfermera en una escena de trámite. Y, en cuanto a los crimenes recientes, hay que esperar al último capítulo para recibir una explicación (que se limita al “quién lo hizo”, hurtándonos el por qué y el cómo): porque la mal llamada sorpresa final (que apenas dura un minuto) no es sino la solución final al crimen que nos embarcó en ésta historia.
Nada aclaran los frecuentes flashbacks o alucinaciones de la prota, eso sí crean atmósfera y estilo. Y toda la temática sureña no es sino más carnaza para el dramón y poner a caer de un burro a estas hipócritas comunidades. Por todo ello, ni la excelente actuación del reparto, ni el cuidado de los aspectos técnicos, ni la opresiva y filosa atmósfera, pese a cautivarnos, nos libra del tedio por la catatonia de la intriga criminal y la sobreabundancia e inexplicada naturaleza de las insanas relaciones entre las protagonistas, que se exhibe y no se explica.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La acción salvadora de la prota, autoinmolándose, es de lo más tonto visto en los últimos tiempos y penosa la aparición liberadora del Séptimo de Caballería, a partir de la inmediatamente antecedente agonía de la Adams contemplando el techo con pintura resquebrajada de la habitación (reiterado hasta la náusea) es propio de aficionados: la decisión del periodista jefe de acercarse al pueblo, el viaje en avión, el contacto con los policías y la convicción de un Sheriff para cambiar un parecer tercamente sostenido durante 7 capítulos y medio, sin razones nuevas que antes no se le hubieran aportado antes. Eso sí, un detective nos dice de viva voz que hay que ver lo importante que ha sido la presencia de ese periodista, que casi tira la puerta de la comisaría abajo.
Y en cuanto a la odiosa hermanastrita, de armas tomar, resulta asombroso que la Adams no hubiera sospechado nada antes. Revelarlo en apenas un minuto se da de bruces con la convicción que muchos capítulos antes teníamos los adormecidos espectadores
Y en cuanto a la odiosa hermanastrita, de armas tomar, resulta asombroso que la Adams no hubiera sospechado nada antes. Revelarlo en apenas un minuto se da de bruces con la convicción que muchos capítulos antes teníamos los adormecidos espectadores