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Voto de VALDEMAR:
6
12 de noviembre de 2019
25 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada vez que asisto a una boda me pregunto lo mismo… ¿por qué?... ¿pero por qué la gente se empeña en esto?... no me refiero a casarse, sino a “la boda”… ¡ese evento!... (bueno… a casarse también)
Los estilismos sin sentido, el estar sentao en una mesa 4 horas engullendo un menú pantagruélico de viandas reguleras mientras el que tienes enfrente grita memeces del tipo que se besen los novios (que a quién le importa esto en realidad…?), gente torpe fingiendo que baila el vals como preludio de la velada pachanguera, el inevitable dolor de pies, el estar hasta el colón ya y querer pirarte pero no poder porque estás bolinga y en casa san dios y tienes que esperar a que te devuelva a la civilización un autocar que pasará por allí a las 5 de la mañana…
… sabiendo todo esto ¿por qué hay tan pocas pelis de terror sobre bodas?
Esta noche de bodas es, a todas luces, más apetecible… porque en vez de todo lo anterior, tras la ceremonia los novios e invitados se reúnen para una buena sesión de Juegos Reunidos Geyper, pero con las reglas propias de la familia, ya sabéis… “es que en mi casa jugamos así”. Y oye… ¿quién no ha fantaseado alguna vez con esto?... esa petarda con la que se está casando tu amigo del alma… ese impresentable que le ha sorbido el seso a tu mejor amiga... los cuñados, ¡esos seres malignos!... Que argumento tan bien traído.
Asistimos, pues, a un ágil divertimento de humor desenfadado y ritmo excelente, en el que destaca la buena vis cómica de su prota, Samara Weaving, y que hará las delicias de cualquiera que alguna vez haya sentido en sus carnes las penurias de ser invitado a un bodorrio.
Los estilismos sin sentido, el estar sentao en una mesa 4 horas engullendo un menú pantagruélico de viandas reguleras mientras el que tienes enfrente grita memeces del tipo que se besen los novios (que a quién le importa esto en realidad…?), gente torpe fingiendo que baila el vals como preludio de la velada pachanguera, el inevitable dolor de pies, el estar hasta el colón ya y querer pirarte pero no poder porque estás bolinga y en casa san dios y tienes que esperar a que te devuelva a la civilización un autocar que pasará por allí a las 5 de la mañana…
… sabiendo todo esto ¿por qué hay tan pocas pelis de terror sobre bodas?
Esta noche de bodas es, a todas luces, más apetecible… porque en vez de todo lo anterior, tras la ceremonia los novios e invitados se reúnen para una buena sesión de Juegos Reunidos Geyper, pero con las reglas propias de la familia, ya sabéis… “es que en mi casa jugamos así”. Y oye… ¿quién no ha fantaseado alguna vez con esto?... esa petarda con la que se está casando tu amigo del alma… ese impresentable que le ha sorbido el seso a tu mejor amiga... los cuñados, ¡esos seres malignos!... Que argumento tan bien traído.
Asistimos, pues, a un ágil divertimento de humor desenfadado y ritmo excelente, en el que destaca la buena vis cómica de su prota, Samara Weaving, y que hará las delicias de cualquiera que alguna vez haya sentido en sus carnes las penurias de ser invitado a un bodorrio.