20 de marzo de 2008
27 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con una frase tan demoledora, las intenciones de "Están vivos" quedan al destape: Ofrecer un espectáculo directo, divertido, gamberro, entretenido y colosal, sobretodo colosal. Y la fórmula no podría ser mejor, así que un inspiradísimo Carpenter agarra una de esas historias sobre invasores del espacio exterior, pero en este caso camuflados de modo peculiar, y la transforma en un genial ejercicio que sirve de destape para un Roddy Pipper que, haciéndonos olvidar al fetiche Russell, mediante frases, poses paleras y demás lo clava minuto tras minuto.
La inocentona sátira de la que hace gala, el aspecto de los invasores en cuestión o ciertos momentos de mayor impacto son algunas de las bazas que alejan al maestro Carpenter de su mejor cine, pero que le acercan aquí a uno tremendamente eficaz, bestial y cachondo.
El punto de partida, y el modo de llevar todo el asunto de las gafas, con Pipper soltando frases míticas por doquier son grandes alicientes que nadie con un mínimo de sentido común desaprovecharía, y está claro que aquí no se desperdicia ni el más mínimo detalle.
La frescura que aporta Carpenter al asunto y lo dinámico que resulta todo el conjunto por dejar caer tan fabulosos momentos alrededor de la cinta y resolver tanto esos momentos como las situaciones de forma nada aparatosa y excelente, hacen de ésta una pequeña joya que no tiene desperdicio alguno y que ningún acérrimo de la serie B más entrañable debería perderse. Eso sí, bien lejos de cualquier tipo de gafas sospechosas.
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