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Voto de FATHER CAPRIO:
8
Thriller Un cazador inglés que está de vacaciones en Baviera, se adentra en un bosque y desde lo alto de la colina descubre una residencia. Con la mira telescópica divisa casualmente al mismísimo Hitler en una terraza y simula darlo caza, desde ese momento será implacablemente perseguido por agentes de la Gestapo. (FILMAFFINITY)
13 de marzo de 2009
22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ficción histórica es admisible en cine. Las reglas del juego cinematográfico permiten inexactitudes que en foros más ortodoxos serían inaceptables. Todo, o casi todo, vale en el “entertainment” del espectador desde la loca historia del mundo a la de las galaxias pasando por un par de galos destrozando la nariz de la esfinge. Pero no divaguemos. Atentados contra el fuhrer los hubieron pero motivados por retos personales cinegéticos, la verdad es que va a ser que no. Ello no es obstáculo para que Fritz Lang, en pleno meollo conflictivo mundial, nos regale este espléndido trabajo al más puro estilo expresionista languiano donde, agarrándose a un “qué hubiese pasado…” construye un film antinazi destapando las vergüenzas y las crueldades de quienes pretendían construir un mundo nuevo (y no es una canción de Karina) derruyendo primero el anterior simplemente porque no les gustaba.

Y Lang lo hace bien, siendo él mismo, filmando a la tortura entre sombras y al torturador a plena luz, haciendo de las lámparas apagadas mudos testigos de cómo acecha la noche a través de los visillos, jugando con los enfoques, las posiciones de cámara y las oscuridades tanto reales como íntimas y personales. Cuenta para ello con unos actores de nota: Walter Pidgeon, John Carradine y muy especialmente ese George Sanders que parece estar diciendo “Espejito, espejito ¿Hay alguien más elegante que yo? “. Sanders, maléfico y gentleman. Sanders creíble como el nazi del monóculo. ¿Lo copiaría de Lang? ¿O fue a la inversa? ¡Ah! y también Joan Bennet menos perversa o nada perversa. Buena chica. Trabajadora (de noche) y buenaza de día. Puro sacrificio. Memorable despedida. Sin embargo, estamos ante una historia de amor sin futuro y con final totalmente previsible. La Bennet da mucho más juego. Da incluso para descoyuntarse, vuelta de espaldas, de la ingenuidad del macho senil. Aquí le falta personaje.

La música se inserta de forma magistral e inteligente en el tempo de la acción consiguiendo ser esa compañera invisible del espectador que refuerza tensiones y acorta esperas. Alemania en el objetivo del cazador y Alemania en el objetivo del director. Lo mismo que en Los verdugos también mueren, aunque, para mi, la película sobre el prefecto nazi en Praga es francamente superior. A ésta le falta algo de consistencia. Lo de los “retos deportivos” o incluso esa búsqueda de las verdaderas motivaciones personales, incluido lanzamiento en paracaídas para finiquitar lo empezado, no se sostienen demasiado bien e impiden que esta obra del Lang más Lang, alcance la maestría de otros trabajos suyos, aunque le falte eso, casi ná…
FATHER CAPRIO
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