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Voto de burton:
9
7,8
72.763
5 de febrero de 2007
295 de 374 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta especie de mantra que servía de apoyo en los duros momentos de la vida a Oh Dae-su, el personaje central de esta estupenda película coreana, está extraído literalmente del comienzo del poema "Solitude" de la poetisa norteamericana Ella Wheeler Wilcox, y refleja muy bien la filosofía oriental de este personaje (una especie de Charles Bronson oriental) al que la vida trató de forma injusta sólo por hablar más de la cuenta ("Be water my friend").
Oldboy, es un thriller psicológico con evidentes toques azabaches aderezados por el manga japonés (no en vano la cinta está basada en un manga japonés epónimo), con elementos de la comedia trágica griega del Sófloces más descarnado, y autoconfesos guiños a la obra literaria decimonónica, "El Conde de Montecristo" de Alejandro Dumas padre, a la cual y dicho sea de paso, deben su existencia la mayoría de obras carcelarias (literarias o cinematográficas), recientemente popularizadas por la óptima producción norteamericana para la tv, "Prison Break".
Sería además la segunda entrega de la "trilogía sobre la venganza" de este sorprendente cineasta surcoreano admirador de Hitchcock, continuación de la iniciática "Sympathy For Mr. Vengeance (2002)" y predecesora del cierre de la saga, "Sympathy For Lady Vengeance(2005)", que ganó además el premio Grand Prix del Festival de Cannes en el 2004, no pudiéndose llevar finalmente el máximo entorchado de estos premios, la Palma de Oro, en detrimento de "Fahrenheit 9/11", y ello a pesar de los ímprobos esfuerzos en su favor del presidente del jurado en aquella edición, Quentin Tarantino.
Es evidente que el violento manga japonés del cual bebe esta cinta, es un claro indicio para presuponer escenas de inusitada violencia que muchas veces están fuera de lugar, añadiendo morbo y pretendido impacto visual, con descarados fines publicitarios (me estoy refiriendo a la escena del pulpo engullido vivo, o la escena de la lengua, por las que es injustamente comentada esta poderosa película. Evidente y pretendido ACIERTO de su director).
Como dato anecdótico, no sé si será casualidad ó no (similitud con la "Naranja mecánica" de Burguess y Kubrick), pero las muestras de ultraviolencia están también ambientadas con música clásica, en este caso substituyendo a Beethoven por el concierto para violín de "Invierno" contenido en "Las cuatro estaciones de Vivaldi".
Con un final deliberada y deliciosamente abierto...; ¿habrá habido realmente sesión de hipnosis?, ¿se habrá desdoblado correctamente el monstruo (conocedor del incestuoso secreto) del "Oh Dae-su carnal" felizmente ignorante?.
Pero... ¿y esa misteriosa sonrisa final "a lo Mona Lisa" de Oh Dae-su al abrazar a Mi-do?
Oh Dae-su significa "persona que se lleva bien con todo el mundo"...Entonces, ¿por qué su vida estaba inmersa en el caos y la violencia?.
"Quince años de prisión...cinco días para la venganza".
P O D E R O S A.
Oldboy, es un thriller psicológico con evidentes toques azabaches aderezados por el manga japonés (no en vano la cinta está basada en un manga japonés epónimo), con elementos de la comedia trágica griega del Sófloces más descarnado, y autoconfesos guiños a la obra literaria decimonónica, "El Conde de Montecristo" de Alejandro Dumas padre, a la cual y dicho sea de paso, deben su existencia la mayoría de obras carcelarias (literarias o cinematográficas), recientemente popularizadas por la óptima producción norteamericana para la tv, "Prison Break".
Sería además la segunda entrega de la "trilogía sobre la venganza" de este sorprendente cineasta surcoreano admirador de Hitchcock, continuación de la iniciática "Sympathy For Mr. Vengeance (2002)" y predecesora del cierre de la saga, "Sympathy For Lady Vengeance(2005)", que ganó además el premio Grand Prix del Festival de Cannes en el 2004, no pudiéndose llevar finalmente el máximo entorchado de estos premios, la Palma de Oro, en detrimento de "Fahrenheit 9/11", y ello a pesar de los ímprobos esfuerzos en su favor del presidente del jurado en aquella edición, Quentin Tarantino.
Es evidente que el violento manga japonés del cual bebe esta cinta, es un claro indicio para presuponer escenas de inusitada violencia que muchas veces están fuera de lugar, añadiendo morbo y pretendido impacto visual, con descarados fines publicitarios (me estoy refiriendo a la escena del pulpo engullido vivo, o la escena de la lengua, por las que es injustamente comentada esta poderosa película. Evidente y pretendido ACIERTO de su director).
Como dato anecdótico, no sé si será casualidad ó no (similitud con la "Naranja mecánica" de Burguess y Kubrick), pero las muestras de ultraviolencia están también ambientadas con música clásica, en este caso substituyendo a Beethoven por el concierto para violín de "Invierno" contenido en "Las cuatro estaciones de Vivaldi".
Con un final deliberada y deliciosamente abierto...; ¿habrá habido realmente sesión de hipnosis?, ¿se habrá desdoblado correctamente el monstruo (conocedor del incestuoso secreto) del "Oh Dae-su carnal" felizmente ignorante?.
Pero... ¿y esa misteriosa sonrisa final "a lo Mona Lisa" de Oh Dae-su al abrazar a Mi-do?
Oh Dae-su significa "persona que se lleva bien con todo el mundo"...Entonces, ¿por qué su vida estaba inmersa en el caos y la violencia?.
"Quince años de prisión...cinco días para la venganza".
P O D E R O S A.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
En lo alto de una azotea, Oh Dae-su sujeta del nudo de la corbata a un suicida con un perro en brazos, intentando arrojarse al vacio.
Han sido quince años de espera, y por fin ahora dispone de cinco días para saciar su venganza. Por eso, tal vez su primera necesidad es la de sentirse escuchado. De ahí que implore al suicida que antes de cometer su fatídico propósito escuche su historia.
Comienza un perfecto flash back explicativo.
Oh Dae-su es un empresario, con problemas con el alcohol, que una noche es retenido en la comisaría por sus excesos que la han llevado a provocar graves desórdenes públicos. Su amigo Joo-Hwan, un tipo encargado de un cibercafé, acude en su búsqueda.
Al salir de la comisaría Joo-Hwan llama desde una cabina a la esposa de Oh Dae-su para tranquilizarla justo el día del cumpleaños de su hija. Cuando de repente, en esa noche lluviosa, alguien con un paraguas violeta rapta al ebrio Oh Dae-su.
Sin saberlo, es recluído en una especie de cárcel con aspecto de apartamento en la cual permanece con la única compañía de un cuadro en el que aparece retratado un hombre surcado por infinitas arrugas y con el rictus de dolor dibujado en su rostro, como "El grito" de Munsch. Su mantra es el que da título a mi crítica.
Un día y sin saber muy bien cómo, aunque a lo "Conde de Montecristo" y tras una sesión de hipnosis por las praderas de la ensoñación, Oh Da-su se ve libre en la azotea de aquel edificio sujetando por la corbata a aquel suicida del principio.
Es el comienzo del pesaroso juego cargado de violencia.
A la entrada de un restaurante chino de Sushi, alguien le entrega un móbil y dinero en efectivo. Al entrar dentro del restaurante conoce a una camarera llamada Mi-do a la que pide un pulpo vivo para deglutir.
A través del móbil recibe una llamada de su raptor, un tal Woo-jin. Dispone de cinco días para saber quién, cómo y por qué le raptó, si no, Mi-do morirá.
Comienza el juego sangriento y macabro rallando en lo gore manga de Oh Dae-su...Su primera pista es el nombre de un restaurante contenido en un trozo de recibo que logró capturar de uno de sus carceleros al darle la comida...
Una venganza de joven por irse de la lengua referente a la relación incestuosa de su raptor y la hermana de éste en su época de estudiante...una doble sesión de hipnosis que le llevó a él y a Mi-do a establecer una relación sexual sin ellos saber que en realidad eran padre e hijo...
La escena de la lengua cortada (para no volverse a ir de la lengua) y haciendo de perrito sumiso como acto de sumisión implorando de forma humillante clemencia...un supuesto mando a distancia de autodestrucción...El suplicio de escuchar en estéreo tu relación incestuosa...
Un final ambigüo...Una sesión de hipnosis que supuestamente haría a Oh Dea-su olvidar la terrible afrenta...
Han sido quince años de espera, y por fin ahora dispone de cinco días para saciar su venganza. Por eso, tal vez su primera necesidad es la de sentirse escuchado. De ahí que implore al suicida que antes de cometer su fatídico propósito escuche su historia.
Comienza un perfecto flash back explicativo.
Oh Dae-su es un empresario, con problemas con el alcohol, que una noche es retenido en la comisaría por sus excesos que la han llevado a provocar graves desórdenes públicos. Su amigo Joo-Hwan, un tipo encargado de un cibercafé, acude en su búsqueda.
Al salir de la comisaría Joo-Hwan llama desde una cabina a la esposa de Oh Dae-su para tranquilizarla justo el día del cumpleaños de su hija. Cuando de repente, en esa noche lluviosa, alguien con un paraguas violeta rapta al ebrio Oh Dae-su.
Sin saberlo, es recluído en una especie de cárcel con aspecto de apartamento en la cual permanece con la única compañía de un cuadro en el que aparece retratado un hombre surcado por infinitas arrugas y con el rictus de dolor dibujado en su rostro, como "El grito" de Munsch. Su mantra es el que da título a mi crítica.
Un día y sin saber muy bien cómo, aunque a lo "Conde de Montecristo" y tras una sesión de hipnosis por las praderas de la ensoñación, Oh Da-su se ve libre en la azotea de aquel edificio sujetando por la corbata a aquel suicida del principio.
Es el comienzo del pesaroso juego cargado de violencia.
A la entrada de un restaurante chino de Sushi, alguien le entrega un móbil y dinero en efectivo. Al entrar dentro del restaurante conoce a una camarera llamada Mi-do a la que pide un pulpo vivo para deglutir.
A través del móbil recibe una llamada de su raptor, un tal Woo-jin. Dispone de cinco días para saber quién, cómo y por qué le raptó, si no, Mi-do morirá.
Comienza el juego sangriento y macabro rallando en lo gore manga de Oh Dae-su...Su primera pista es el nombre de un restaurante contenido en un trozo de recibo que logró capturar de uno de sus carceleros al darle la comida...
Una venganza de joven por irse de la lengua referente a la relación incestuosa de su raptor y la hermana de éste en su época de estudiante...una doble sesión de hipnosis que le llevó a él y a Mi-do a establecer una relación sexual sin ellos saber que en realidad eran padre e hijo...
La escena de la lengua cortada (para no volverse a ir de la lengua) y haciendo de perrito sumiso como acto de sumisión implorando de forma humillante clemencia...un supuesto mando a distancia de autodestrucción...El suplicio de escuchar en estéreo tu relación incestuosa...
Un final ambigüo...Una sesión de hipnosis que supuestamente haría a Oh Dea-su olvidar la terrible afrenta...