25 de abril de 2014
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Muy buena adaptación al cine de varios relatos del magnífico escritor Juan Rulfo en torno al tema de los deseos, los sueños y la muerte. Ambientados en el México desarrollista de los años cincuenta y en tres mundos distintos: el rural, la ciudad y una hacienda. Roberto Rochin sacó adelante su proyecto a lo largo de diez años y los cuentos fueron filmados como tres mediometrajes que ahora aparecen unidos en este "Purgartorio". El primero en ser rodado es el segundo en esta película: "Pedazo de noche" (1995), con sus personajes ya afincados en la ciudad pero que provienen del campo, y viven marginados en la urbe. Me recordó algo alguna de la obras del "Indio" Fernández ambientadas en los bajos fondos y la vida nocturna, lo señalo como un elogio. Brutal, tierno y elegíaco a la vez, muy bellamente filmado (en ocasiones) y al igual que los otros episodios con tanto respeto como conocimiento de la prosa y el mundo de Rulfo.
Se filmó a continuación el que abre la película "Paso del Norte" (2000), que trata del abandono del campo y la emigración al extranjero o a las ciudades, dejando los pueblos cada vez más reducidos apenas a nada. Seco, fantasmal y contundente. Cierra con broche de oro "Cleotide" (sin duda el mejor de los tres) con un viejo hacendado que pena entre recuerdos, desvarios y arrepentimientos que lo abocan al más allá. Me vino a la cabeza Buñuel, sus obsesiones sobre el sexo y Fernando Rey. Muy logradas las tormentosas apariciones de la difunta en su ansia de venganza contra un Pedro Armendariz hijo que está sensacional, indudablemente la mejor actuación. La película tuvo buena acogida en festivales del mundo, pero una penosa distribución en México donde parece que apenas hubo oportunidad de echarle un vistazo. En mi opinión una película original, muy bien hecha y muy interesante.
Sin llegar a ser una obra maestra, a todas luces resulta una buena muestra del actual cine mexicano.
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