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Voto de Míchel The Wolf Barba:
9
7,7
63.014
Terror. Drama
Los Woodhouse, un matrimonio neoyorquino, se mudan a un edificio situado frente a Central Park, sobre el cual, según un amigo, pesa una maldición. Una vez instalados, se hacen amigos de Minnie y Roman Castevet, unos vecinos que los colman de atenciones. Ante la perspectiva de un buen futuro, los Woodhouse deciden tener un hijo; pero, cuando Rosemary se queda embarazada, lo único que recuerda es haber hecho el amor con una extraña ... [+]
4 de agosto de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cetro de película de terror más influyente, que, por opinión general, se disputan “The exorcist” (1973), “Psycho” (1960) e incluso “Nosferatu, eine Symphonie des Graunes” (1922) o “Frankenstein” (1931), quizá podría eclipsar la incalculable aportación al género de la obra maestra de Polanski “Rosemary’s baby” (1968). Su carácter atípico y de película de culto suele condenarla a no figurar entre las primeras cintas más importantes del género terror (listas en las que lamentablemente a veces se priorizan las imágenes desagradables o los chorros de sangre, lo que representa una completa falta de cultura cinematográfica), si bien la no aparición de esta cinta entre las diez primeras de dicho género constituye poco menos que una barbaridad.
“Rosemary’s baby” no es al cien por ciento una cinta de terror, sino que podríamos decir que se trata de terror con grandes dosis de suspense, característica que nos remite a “Psycho” de Alfred Hitchcock: una película de suspense que a la vez emana mucho terror.
En mi opinión, la grandeza de este filme se sustenta en dos pilares fundamentales:
• La legendaria interpretación de Mia Farrow. Con ganas de demostrar que valía para esto del cine, la Farrow se dejó la piel en cada plano; su frágil mosquita muerta Rosemary Woodhouse consigue que nos apiademos de ella y de que sintamos como ella a medida que avanza el metraje. Quizá el mejor papel de su interesante carrera.
• Polanski insinúa más de lo que muestra. El director nunca nos muestra nada más de lo normal –exceptuando la pesadilla de Rosemary-; mediante pequeños detalles, gestos, frases aparentemente sin importancia, nos vamos haciendo a la idea de que aquí hay gato encerrado y las cosas no son como nos las pintan. Sin ningún artificio, sin cambiar decorados, iluminaciones o ambientes, Polanski consigue angustiar al espectador a través de las terribles sospechas y descubrimientos de Rosemary, hasta llegar al revelador clímax final (que el director de la versión española ya se había encargado previamente de destriparnos).
Por todo ello, merecidamente es ésta una película de culto. No se olvida. Es muy complicado verla en las listas de las diez o veinte mejores películas de la historia, pero se trata de una cinta que muchísimos cinéfilos tenemos entre nuestras preferidas.
Y es la mejor de Roman Polanski, para mi gusto.
(El spoiler contiene mi comentario respecto al cine de terror actual.)
“Rosemary’s baby” no es al cien por ciento una cinta de terror, sino que podríamos decir que se trata de terror con grandes dosis de suspense, característica que nos remite a “Psycho” de Alfred Hitchcock: una película de suspense que a la vez emana mucho terror.
En mi opinión, la grandeza de este filme se sustenta en dos pilares fundamentales:
• La legendaria interpretación de Mia Farrow. Con ganas de demostrar que valía para esto del cine, la Farrow se dejó la piel en cada plano; su frágil mosquita muerta Rosemary Woodhouse consigue que nos apiademos de ella y de que sintamos como ella a medida que avanza el metraje. Quizá el mejor papel de su interesante carrera.
• Polanski insinúa más de lo que muestra. El director nunca nos muestra nada más de lo normal –exceptuando la pesadilla de Rosemary-; mediante pequeños detalles, gestos, frases aparentemente sin importancia, nos vamos haciendo a la idea de que aquí hay gato encerrado y las cosas no son como nos las pintan. Sin ningún artificio, sin cambiar decorados, iluminaciones o ambientes, Polanski consigue angustiar al espectador a través de las terribles sospechas y descubrimientos de Rosemary, hasta llegar al revelador clímax final (que el director de la versión española ya se había encargado previamente de destriparnos).
Por todo ello, merecidamente es ésta una película de culto. No se olvida. Es muy complicado verla en las listas de las diez o veinte mejores películas de la historia, pero se trata de una cinta que muchísimos cinéfilos tenemos entre nuestras preferidas.
Y es la mejor de Roman Polanski, para mi gusto.
(El spoiler contiene mi comentario respecto al cine de terror actual.)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Ya metidos en el siglo XXI, el género terror, por desgracia, está inmerso en una lamentable decadencia y en un proceso paulatino de vulgarización, realidad que resulta categóricamente innegable. Es por ello que el espectador actual de cine de terror acude a las salas –o al DVD, o por supuesto a Internet- a pasar un par de horas viendo únicamente una sinfonía de sangre, gritos, secreciones repugnantes y violencia sin importarle en demasía la trama de la cinta en cuestión. La consecuencia es que ahora el espectador asocia género terror con género gore, lo cual le impide disfrutar plenamente de los clásicos del VERDADERO CINE DE TERROR (y entre estos clásicos incluyo a Wes Craven, para algunos el precursor del lamentable cine de terror actual, afirmación que desmerece injustamente su más que interesante aportación al género).
Qué lástima para el cine que los nuevos espectadores ya no sepan, o mejor dicho, no puedan degustar joyas como “Rosemary’s baby”, “Jacob’s ladder”, “Carrie”, “Manhunter” –sí, la primera adaptación al cine de la novela “Dragón Rojo”-, y un largo etcétera, sólo porque entienden cine de terror como violencia. Una gran pérdida a la que ha contribuido en gran medida la saga de “Saw”; la primera película supuso un soplo de aire fresco, necesario en algunos aspectos, para el género. No obstante, las secuelas e imitaciones posteriores de dicha cinta no han hecho sino acelerar el ocaso de un género que necesitará mucho talento para volver a dar frutos como los de antes.
Mientras tanto, habrá que seguir considerando cierta la sentencia de que cualquier tiempo pasado fue mejor...
Qué lástima para el cine que los nuevos espectadores ya no sepan, o mejor dicho, no puedan degustar joyas como “Rosemary’s baby”, “Jacob’s ladder”, “Carrie”, “Manhunter” –sí, la primera adaptación al cine de la novela “Dragón Rojo”-, y un largo etcétera, sólo porque entienden cine de terror como violencia. Una gran pérdida a la que ha contribuido en gran medida la saga de “Saw”; la primera película supuso un soplo de aire fresco, necesario en algunos aspectos, para el género. No obstante, las secuelas e imitaciones posteriores de dicha cinta no han hecho sino acelerar el ocaso de un género que necesitará mucho talento para volver a dar frutos como los de antes.
Mientras tanto, habrá que seguir considerando cierta la sentencia de que cualquier tiempo pasado fue mejor...