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Voto de Jose_Lopez_5:
6
6,8
83.550
Fantástico. Aventuras
Cuento medieval con brujas, enanos y poderes mágicos. En las mazmorras del castillo de la hechicera y malvada reina Bavmorda, una prisionera da a luz a una niña que, según una antigua profecía, pondrá fin al reinado de la hechicera. La comadrona intenta salvar a la niña de la ira de Bavmorda, pero, alcanzada por los perros de presa del castillo, no tiene más remedio que arrojar la cuna al río. Gracias a la corriente, la cuna llega a un ... [+]
23 de junio de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viéndola de adolescente, me pareció una película notable, con un gran héroe (ese trasunto de Han Solo llamado Madmartigan) y una pelirroja, Sorsha, que me ponía palote (se ve que a Val Kilmer también). Claro que como adolescente yo era más tonto que Abundio, y me calentaba más rápido que un microondas, por lo que no es un gran criterio.
Pasaron los años y, ya más durito y menos cachondo, volví a verla y, si bien el personaje de Kilmer continúa siendo un héroe potable y, su por entonces futura esposa, sigue teniendo un empujón, es innegable que la película destila un aroma infantil mayúsculo. Eso, y una obviedad que en su momento no supe ver (¿he dicho que no fui un adolescente muy avispado?): que era un plagio de "La guerra de las galaxias", que a su vez era un plagio de "El señor de los anillos" y "El hobbit", que a su vez bebían de todas leyendas que Tolkien estudiaba.
Porque, efectivamente, "Willow" es una especie de versión simplificada, breve y para niños de la obra del anillo único. Pero es que también lo es la primera película de "La guerra de las galaxias" (1977), solo que mezclada con influencias de otros autores. Se lo dejo como ejercicio comparativo.
La cuestión es que "Willow" (1988) no está mal. Cumple. En parte debido a que jugaba en una liga con poca competencia. Porque, seamos sinceros, ¿cuántas películas del género de espada y brujería había a finales de los 80? Pues teníamos a Conan y sus derivados, a cual peor; "Los bárbaros" (1987), que era un delirio graciosillo protagonizado por dos descerebrados; "Krull" (1983), un clásico; "El dragón del lago de fuego" (1981), con "bizcochito" en uno de los peores errores de casting jamás cometidos; "El señor de las bestias" (1982) y Marc Singer, ya olvidado por todos; "Legend" (1985), con un juvenil Tom Cruise; la desconocida saga de "El último guerrero", que sí, que la he tenido que buscar en IMDB; y poco más. Por tanto, "Willow" no es que fuese genial; es que no tenía apenas rivales con los que medirse. Y algunos de ellos daban pena.
No obstante, eso cambió cuando el neozelandés Peter Jackson decidió coger el toro por los cuernos y darle al libro de Tolkien la película que se merecía (y no aquel largometraje setentero animado que se quedó sin presupuesto al final). Y, claro, pasó lo que tenía que pasar. El trabajo del gordinflón ahora desinflado, no es que eclipsara a "Willow", es que la pateó, la hundió en el barro, se le meó encima, le echó toneladas de cemento y le puso una sombrillita de colores como las que sirven en los cócteles. No quedó na' de na'.
A día de hoy "Willow" ha quedado acorralada en una esquina, a modo de producto ñoño, aunque cariñoso. Un intento de autoplagio de Lucas basado a su vez en un plagio de Tolkien, que terminó recibiendo una tunda cuando la obra del sudáfricano afincada en Inglaterra regresó de manos de un neozelandés. Ya, un lío. En cualquier caso, estamos ante la típica película que le enseñarías a un crío interesado en el mundo de la espada y brujería, no sin antes avisarle de que eso es un mero campo de entrenamiento para lo que vendrá después en forma de seis películas (no me olvido de la estiradísima trilogía de "El Hobbit").
A pesar de todo, sería injusto no valorar a "Willow" por lo que fue, aunque la taquilla nunca le diese la razón. Fue además, una de las primeras películas en la que se usó una versión primitiva de la técnica conocida como "morphing", que años después lo petaría por la puerta grande con "Terminator 2", por lo que algún acierto sí que tuvo.
Actualización del 9-diciembre-2022 (véase spoiler 1).
Y, por cierto, ¿sabe que esto tuvo una derivada en los 90? (véase spoiler 2).
Pasaron los años y, ya más durito y menos cachondo, volví a verla y, si bien el personaje de Kilmer continúa siendo un héroe potable y, su por entonces futura esposa, sigue teniendo un empujón, es innegable que la película destila un aroma infantil mayúsculo. Eso, y una obviedad que en su momento no supe ver (¿he dicho que no fui un adolescente muy avispado?): que era un plagio de "La guerra de las galaxias", que a su vez era un plagio de "El señor de los anillos" y "El hobbit", que a su vez bebían de todas leyendas que Tolkien estudiaba.
Porque, efectivamente, "Willow" es una especie de versión simplificada, breve y para niños de la obra del anillo único. Pero es que también lo es la primera película de "La guerra de las galaxias" (1977), solo que mezclada con influencias de otros autores. Se lo dejo como ejercicio comparativo.
La cuestión es que "Willow" (1988) no está mal. Cumple. En parte debido a que jugaba en una liga con poca competencia. Porque, seamos sinceros, ¿cuántas películas del género de espada y brujería había a finales de los 80? Pues teníamos a Conan y sus derivados, a cual peor; "Los bárbaros" (1987), que era un delirio graciosillo protagonizado por dos descerebrados; "Krull" (1983), un clásico; "El dragón del lago de fuego" (1981), con "bizcochito" en uno de los peores errores de casting jamás cometidos; "El señor de las bestias" (1982) y Marc Singer, ya olvidado por todos; "Legend" (1985), con un juvenil Tom Cruise; la desconocida saga de "El último guerrero", que sí, que la he tenido que buscar en IMDB; y poco más. Por tanto, "Willow" no es que fuese genial; es que no tenía apenas rivales con los que medirse. Y algunos de ellos daban pena.
No obstante, eso cambió cuando el neozelandés Peter Jackson decidió coger el toro por los cuernos y darle al libro de Tolkien la película que se merecía (y no aquel largometraje setentero animado que se quedó sin presupuesto al final). Y, claro, pasó lo que tenía que pasar. El trabajo del gordinflón ahora desinflado, no es que eclipsara a "Willow", es que la pateó, la hundió en el barro, se le meó encima, le echó toneladas de cemento y le puso una sombrillita de colores como las que sirven en los cócteles. No quedó na' de na'.
A día de hoy "Willow" ha quedado acorralada en una esquina, a modo de producto ñoño, aunque cariñoso. Un intento de autoplagio de Lucas basado a su vez en un plagio de Tolkien, que terminó recibiendo una tunda cuando la obra del sudáfricano afincada en Inglaterra regresó de manos de un neozelandés. Ya, un lío. En cualquier caso, estamos ante la típica película que le enseñarías a un crío interesado en el mundo de la espada y brujería, no sin antes avisarle de que eso es un mero campo de entrenamiento para lo que vendrá después en forma de seis películas (no me olvido de la estiradísima trilogía de "El Hobbit").
A pesar de todo, sería injusto no valorar a "Willow" por lo que fue, aunque la taquilla nunca le diese la razón. Fue además, una de las primeras películas en la que se usó una versión primitiva de la técnica conocida como "morphing", que años después lo petaría por la puerta grande con "Terminator 2", por lo que algún acierto sí que tuvo.
Actualización del 9-diciembre-2022 (véase spoiler 1).
Y, por cierto, ¿sabe que esto tuvo una derivada en los 90? (véase spoiler 2).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
1º) He tenido oportunidad de volver a verla tras muchos años, y la decepción ha sido mayúscula. Qué miserable es la memoria, y cuánta tontería rodea ese interminable "revival" ochentero que nos inunda.
Anonadado me he quedado ante los diálogos tan bobos y absurdos; ante la asombrosa cantidad de sucesos que ocurren "porque sí"; ante la bidimensionalidad de casi todos los personajes; ante la ramplonería de algunas escenas. ¿Puede haber momento más ridículo que Val Kilmer pretendiendo pasar por una mujer? ¿Qué adjetivos habría que usar para describir a los patanes de los "brownies"? ¿Acaso los secundarios no son capaces de ser menos payasos? ¿Acaso no dan escalofríos las vocecitas? ¿No es vergonzoso el infantilismo de casi todos los protagonistas? ¿No es burdo el guion y cómo hace avanzar la historia con torpeza? Hasta Madmartigan me ha producido vergüenza, lo que ya es meter el dedo en la herida abierta y remover. "Willow" nació de la pluma de George Lucas y Bob Dolman, y su tono no es que sea infantil. Es que es casi idiota.
Con todo ello no quiero decir que no tenga virtudes, porque es una película que contiene los elementos necesarios para contar una historia interesante. Pero son torpes y están mal cosidos. Por todo ello, me resulta aún más sorprendente que esta película fuera tan querida en los 80. Pero cuánta tontería nos tragábamos con facilidad en aquellos tiempos. Miedo me dan los adultos de ahora que hablan tantas maravillas de esta historia.
No le cambio la nota porque no quiero hacer más daño pero, virgen santa, qué mal ha envejecido y cómo los años abren los ojos.
2º) Voy a revelarle algo que, probablemente, no sepa. Resulta que hubo una época, tiempo ha, en la que a George Lucas le dio la vena y pensó que podría ser escritor de novelas. Sí, como lo lee.
Ocurrió que, tras estrenar esta película y darse el batacazo taquillero, Lucas creyó que la historia merecía una continuación. De modo que se juntó con el escritor Chris Claremont (conocido por sus comics de los "X-men") y, en 1995, publicaron la novela "Shadow Moon"; un trabajo que perseguía proseguir esta historia. Aunque nunca tuve los arrestos de leérmela (y de esto supe a finales de los 90), sí que busqué críticas de quienes lo habían hecho por entonces. Y eran demoledoras.
Al parecer el libro, que también fue un fracaso editorial pluscuamperfecto, es un truño aburrido y pedante en donde el único personaje reconocible, un Willow que ya no se llama Willow, no tarda en desaparecer al cabo de unas decenas de páginas, cediendo el protagonismo a unos terceros bien desconocidos. Olvídese de Madmartigan y de casi cualquier otra cosa vista en la película, porque la novela toma derroteros dominados por el tedio y el aburrimiento. Busque críticas en Amazon si quiere detalles.
A Lucas la experiencia le debió dejar mal sabor de boca, como prueba que no volvió a escribir más libros. Pero Claremont llegó a un acuerdo con él para seguir adelante, pariendo otras dos entregas, "Shadow Dawn" (1996) y "Shadow Star" (2000), conformando así la llamada trilogia de "Chronicles of the Shadow War". Todos unos pestiños de cuidado. No obstante, y como decía, desde entonces George se cuidó de volver a escribir novelas. Hecho éste que la humanidad nunca le ha agradecido lo suficiente, dadas sus dotes como juntaletras. Tristemente atacó de nuevo cuatro años después con los guiones, que no libros, de la triple precuela que se marcó.
De hecho, fíjese si el libro es punible que, entre el 2019 y el 2020, la novela fue leída en voz alta en el podcast "372 Pages We'll Never Get Back", abarcando desde el episodio 59 al 67. Un programa especializado en leer literatura de baja estofa cuyas grabaciones están disponibles en Youtube. Cómo será de malo el jodío, que está considerado de lo peorcito que han leído por allí. Y eso que incluso se habían atrevido con "TekWar", de William Shatner.
Anonadado me he quedado ante los diálogos tan bobos y absurdos; ante la asombrosa cantidad de sucesos que ocurren "porque sí"; ante la bidimensionalidad de casi todos los personajes; ante la ramplonería de algunas escenas. ¿Puede haber momento más ridículo que Val Kilmer pretendiendo pasar por una mujer? ¿Qué adjetivos habría que usar para describir a los patanes de los "brownies"? ¿Acaso los secundarios no son capaces de ser menos payasos? ¿Acaso no dan escalofríos las vocecitas? ¿No es vergonzoso el infantilismo de casi todos los protagonistas? ¿No es burdo el guion y cómo hace avanzar la historia con torpeza? Hasta Madmartigan me ha producido vergüenza, lo que ya es meter el dedo en la herida abierta y remover. "Willow" nació de la pluma de George Lucas y Bob Dolman, y su tono no es que sea infantil. Es que es casi idiota.
Con todo ello no quiero decir que no tenga virtudes, porque es una película que contiene los elementos necesarios para contar una historia interesante. Pero son torpes y están mal cosidos. Por todo ello, me resulta aún más sorprendente que esta película fuera tan querida en los 80. Pero cuánta tontería nos tragábamos con facilidad en aquellos tiempos. Miedo me dan los adultos de ahora que hablan tantas maravillas de esta historia.
No le cambio la nota porque no quiero hacer más daño pero, virgen santa, qué mal ha envejecido y cómo los años abren los ojos.
2º) Voy a revelarle algo que, probablemente, no sepa. Resulta que hubo una época, tiempo ha, en la que a George Lucas le dio la vena y pensó que podría ser escritor de novelas. Sí, como lo lee.
Ocurrió que, tras estrenar esta película y darse el batacazo taquillero, Lucas creyó que la historia merecía una continuación. De modo que se juntó con el escritor Chris Claremont (conocido por sus comics de los "X-men") y, en 1995, publicaron la novela "Shadow Moon"; un trabajo que perseguía proseguir esta historia. Aunque nunca tuve los arrestos de leérmela (y de esto supe a finales de los 90), sí que busqué críticas de quienes lo habían hecho por entonces. Y eran demoledoras.
Al parecer el libro, que también fue un fracaso editorial pluscuamperfecto, es un truño aburrido y pedante en donde el único personaje reconocible, un Willow que ya no se llama Willow, no tarda en desaparecer al cabo de unas decenas de páginas, cediendo el protagonismo a unos terceros bien desconocidos. Olvídese de Madmartigan y de casi cualquier otra cosa vista en la película, porque la novela toma derroteros dominados por el tedio y el aburrimiento. Busque críticas en Amazon si quiere detalles.
A Lucas la experiencia le debió dejar mal sabor de boca, como prueba que no volvió a escribir más libros. Pero Claremont llegó a un acuerdo con él para seguir adelante, pariendo otras dos entregas, "Shadow Dawn" (1996) y "Shadow Star" (2000), conformando así la llamada trilogia de "Chronicles of the Shadow War". Todos unos pestiños de cuidado. No obstante, y como decía, desde entonces George se cuidó de volver a escribir novelas. Hecho éste que la humanidad nunca le ha agradecido lo suficiente, dadas sus dotes como juntaletras. Tristemente atacó de nuevo cuatro años después con los guiones, que no libros, de la triple precuela que se marcó.
De hecho, fíjese si el libro es punible que, entre el 2019 y el 2020, la novela fue leída en voz alta en el podcast "372 Pages We'll Never Get Back", abarcando desde el episodio 59 al 67. Un programa especializado en leer literatura de baja estofa cuyas grabaciones están disponibles en Youtube. Cómo será de malo el jodío, que está considerado de lo peorcito que han leído por allí. Y eso que incluso se habían atrevido con "TekWar", de William Shatner.