Sólo por ver a esas dos espléndas actrices de tan diferentes recursos merece la pena ver esta entretenida aunque simple película de la que se podría haber sacado mucho más partido. La reunión de dos viejas amigas que fueron grupies en el pasado es la excusa para mostrar cómo han cambiado a lo largo de los años, ya que si una lleva aún una vida "medio loca" y solitaria, la otra se ha convertido en una atareada y conservadora ama de casa. El acierto de la cinta, desde el punto de vista argumental, no es tanto el choque de estos estilos de vida, algo que se hubiera podido aprovechar más, sino el reencuentro de las dos amigas, que da ocasión a las dos actrrices para lucirse como nunca. Goldie Hawn demuestra, incluso en una cinta tan simple como esta porque tuvo el lugar que tuvo en el cine, ya que su interpretación acaba eclipsando la propia película, al haber siempre una historia detrás de sus ojos, la historia de un pasado que no vemos en la pantalla pero si en su interpretación. Susan Sarandon cumple en un papel demasiado tópico y trillado, pero sin embargo acierta de pleno en sus escenas con Hawn, al crear una complicidad entre ellas realmente visible.
Es una pena que la reunión de dos excelentes acrices en un argumento que esquiva con acierto el sentimentalismo y el moralismo, se saldara con un considerable fracaso, pero algo diferente hubiera pasado si se hubiera añadido algo más de mala leche al guión y un director con más talento. Un apunte: evitad la horrorosa versión doblada al español.