Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
7
Drama. Romance. Comedia Luke es un chapero gay. Jon es un crítico de cine. Ambos tienen el virus VIH del SIDA. Y ambos deciden embarcarse en un hedonista y peligroso viaje. Su lema: "Fuck the world" (que le jodan al mundo). (FILMAFFINITY)
8 de abril de 2010
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vivir hasta el fin puede considerarse como la primera película del cine de Gregg Araki, el abanderado del New Queer Cinema surgido en la industria estadounidense a principios de los años noventa, como respuesta a la imagen nula o distorsionada que el cine de Hollywood mostraba del colectivo homosexual.

Y como muchas de esas películas, el valor antropológico de esta cinta es evidente, aunque en cuestiones cinematográficas cojee por varios flancos. El discurso es lo que importa en el caso de este subgénero, y por ello, la técnica y la limpieza visual de estas películas se deja a un lado, tal vez erróneamente, ya que pierden trascendencia, cosa que no ocurriría con la -esa sí- obra maestra posterior Mysterious Skin.

Pero no deja de resultar primero curioso, luego, chocante, teniendo en cuenta el año en que está realizada la película, ver en la pantalla las relaciones entre dos hombres, que además tienen SIDA, en las que se mezclan el sexo y la violencia de manera clara y sin ningún pudor.

Vivir hasta el fin habla de una sociedad marginal, de un país que abandona a sus enfermos y repudia a los diferentes, y de cómo aventurarse a un viaje en el que sólo hay cabida para la destrucción. Araki propone una demoledora visión del mundo cercana casi a Nietzsche, sobre la muerte Dios, sobre la moral de señores y la moral de esclavos, situada en un mundo repleto de símbolos trash (una constante en el cine de Araki). Sobre la soledad y el más bajo de los delirios. Fuera de campo vemos una marquesina gigante con un cartel de una película de Robert Redford. En primer término vemos a un enfermo, a la antítesis del americano sano y triunfador, a el pan nuestro de cada día.

Vivir hasta el fin es pues un valiente aunque imperfecto retrato de una generación perdida, que por suerte ha sido recuperada.
jaly
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow