No albergaba demasiadas esperanzas sobre la calidad de Mad Money (el título original no es una maravilla, pero la traducción al español, Tres Mujeres y un Plan, es verdaderamente espantosa).
En definitiva, Mad Money surge de la unión de cuatro carreras femeninas que se han ido al traste.

La realizadora Callie Khouri fue la mente que ideó el guión de una de las propuestas más rompedoras, emotivas y espectaculares del cine contemporáneo: Thelma & Louise. Veinte años después de aquella película sólo ha dirigido Mad Money y Clan Ya-Ya, aquella película trufada de tópicos y lugares comunes que se salvaba por sus actrices. Diane Keaton, después de participar en clásicos como la trilogía de El Padrino, Manhattan, Annie Hall o Rojos ha limitado su talento en subproductos tan vergonzantes como ¡Porque lo digo yo!, o La Madre de él. Queen Latifah estaba espectacular en Chicago (y fue justamente nominada al Oscar), para después participar en cosas como Se montó la Gorda, Scary Movie 3, Hairspray o Algo Pasa en Las Vegas. Y Katie Holmes pasó de ser una joven promesa de Hollywood con retos dramáticos como los de la serie Dawson Crece, La Tormenta de Hielo, Jóvenes Prodigiosos, Batman Begins o Gracias por Fumar, a ser la señora de la casa de Tom Cruise.

Pero la unión de estas cuatro mujeres con indiscutible talento, resulta en Mad Money mucho mejor de lo esperado. No es una comedia estúpida sin más, no es una sarta de sentimentalismos feministoides, ni un absurdo sin sentido. Mad Money está sembrada de una sutil ironía, a la vez que es un entretenimiento incansable, bien construido en cuanto a la intriga (el plan de robo es espectacular) y en cuanto a la relación entre las tres protagonistas.

Keaton, Latifah y Holmes se llevan el gato al agua con tres divertidísimas composiciones, tres personajes encantadores que consiguen sacar más de una carcajada al público con esta historia de tiempos de crisis y complicidad femenina.