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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
7
Drama Tras la muerte de su padre, Lucía (Cuca Escribano), una joven maestra que vive en Madrid, regresa a su tierra con su hija Clara. El pueblo de su infancia ha cambiado mucho con la inmigración. Al mismo tiempo que lucha contra el racismo, se enamora de Curro (José Coronado), que comparte su misma causa. (FILMAFFINITY)
14 de junio de 2009
11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como un reguero de pólvora deseoso de una colilla, así se desarrollaron los hechos de principios del 2.000 que dieron base argumental a esta película en la que Chus Gutiérrez toma partido por los perdedores, sin dejarse cegar por la fácil compasión que nos inspiran la víctimas, y haciendo un análisis racional de las circunstancias adversas en que se desenvuelven los trabajadores en el submundo de los invernaderos.
Ciertamente, el afán de querer contar muchas cosas hace que algunas aparezcan muy esquematizadas pero la buena voluntad y el mensaje arrollan, y se comprende en este caso, con el purismo cinematográfico y el guión perfecto.

Lucía, malos tiempos y malas tierras para luchar por la igualdad. En un ámbito intolerante con el ser humano y sus derechos, no es fácil siquiera que alguien esté dispuesto a escuchar tu punto de vista. Tener la razón no es arma que sirva en este campo de batalla y si utilizas sus métodos no llegarás demasiado lejos: la fuerza bruta es su especialidad y su falta de escrúpulos está blindada.

Curro, ya sabes esto imprime carácter; ¡como tántas cosas!. Una vez que sales siempre serás un alma errante. Los que te reciben, aunque te respeten, no te considerarán de los suyos. Tú, nunca te integrarás plenamente. A la vuelta te habrán ocupado los espacios físicos y sentimentales, y los que te vieron nacer te mirarán con desconfianza. No entenderás ni a unos ni a otros, no te entenderán.
Mejor seguir flotando. Demasiado tiempo perdido en los caminos, haciendo y deshaciendo maletas.
Curro, tienes la tonsura del emigrante, y es indeleble.

Y cuando todo parece ir mal hay que agarrarse a cualquier roca para no hundirse. En este caso la roca es el amor, o la necesidad de amar, para combatir la soledad y el miedo a la nada. Poco más queda.

De la vieja el consejo:

Mira hija: estas tierras áridas, ahora ricas, no entienden de buenos sentimientos ni de historias de superación. Entienden de beneficios inmediatos, de explotación (antes de que se acabe el filón), de ricos que ayer eran pobres y de pobres que lo seguirán siendo de por vida.
Nadie quiere cambiar nada: "...asina ha sío siempre y asina tié que ser".
Te ven como un agente desestabilizador. Una peligrosa revolucionaria que les complicará la vida. Aquí no vale hablar de libertad, comprensión, fraternidad.... y esas cosas de comunistas fracasados. Tú a lo tuyo, dicen ellos y ellas; a las cosas de mujeres. Deja el trabajo para los hombres.

Si te gusta el cine social no te la pierdas y si no te interesa, peor para tí.
Sinhué
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