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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
8
7,3
2.828
Documental Colaboración entre la veterana directora Agnès Varda y el artista gráfico urbano y fotógrafo JR (Jean René), un joven francés conocido por sus impactantes obras visuales que consisten en enormes intervenciones gráficas en calles y tejados de diversas ciudades de todo el mundo. (FILMAFFINITY)
11 de marzo de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un buen día, una señora inquieta y curiosa se encuentra con un chico inventivo, cincuenta y cuatro años más joven, y deciden irse a dar una vuelta por campos, aldeas, antiguas minas, playas y puertos. Ella es cineasta, un referente vivo, anterior incluso a la nouvelle vague; él, que nació artísticamente en las calles de París de la mano del grafiti, se dedica ahora a la fotografía de proporciones gigantescas.
Les une el afán de la aventura y la necesidad de conocer gentes y nuevas historias que contar. J.R. dispone de una impresora rodante y un grupo de amigos colaboradores. Agnès viaja con una gran mochila de recuerdos y la cercana e invisible presencia de un ser huraño y admirado, de nombre: Jean Luc Godard.

Más que un documental al uso, Caras y lugares (Visages villages), es la excusa perfecta para compartir, conversar, descubrir; mantener encendida la llama de la ilusión y repletas las alforjas del imaginario; y, sobre todo para cimentar la amistad, incluso la que duele, como razón de vida.
Emocionan la mirada borrosa de la incansable luchadora y el afecto contagioso que la dispensa el hombre diligente de las gafas oscuras.
Hay en la película un aire limpio y bondadoso que aventan las manos de los creadores; que brota de la sencillez del proyecto y la improvisación como herramienta de los talentosos. Y como suele suceder, cuando no se pretende la trascendencia, se consigue un excelente resultado (acentuando la pequeñez, apareció la grandeza).

No me resisto a señalar el paralelismo que hay entre esta singular pareja (Varda y Jean René) con los personajes de un film, que recomiendo con fervor, de Hal Ashby: Harold y Maude (1971). Aquellos y estos terminan convirtiéndose en seres rebeldes y entrañables; de esos, imprescindibles, que van desparramando fragancias a su paso, y te hacen creer en que no todo está perdido.
Sinhué
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