FA
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Voto de Gilbert:
8
8,2
148.222
Drama
Walt Kowalski (Clint Eastwood), un veterano de la guerra de Corea (1950-1953), es un obrero jubilado del sector del automóvil que ha enviudado recientemente. Su máxima pasión es cuidar de su más preciado tesoro: un coche Gran Torino de 1972. Es un hombre inflexible y cascarrabias, al que le cuesta trabajo asimilar los cambios que se producen a su alrededor, especialmente la llegada de multitud de inmigrantes asiáticos a su barrio. Sin ... [+]
22 de marzo de 2009
135 de 177 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Aleluya! Después de tres películas no muy allá, con pasta y de cara a la galería, Clint vuelve por sus fueros. Quizás sobrevalore esta película, pero es por algo personal que cuento al final.
Vivimos en una época en que se ha agudizado eso de que importe más el parecer que el ser. Desde poltronas y confortables barrios mucha gente se llena la boca de palabrejos de moda como "interculturalidad", "tolerancia cero" y demás eufemismos estúpidos.
Tipos como Walt Kowalski no tienen cabida en este mundo. A los negros les llama negros, a los orientales putos amarillos, a los cobardicas maricas, y a los pelmas los manda a tomar por culo. Pero todo es pura fachada, y por eso supongo que a este tipo de gente les llaman facha. Queda mejor soltar un discursito correcto desde el despacho pero puaj yo no me mezclo con gente así.
Clint Eastwood descarga en esta que parece ser su última película como actor sus demonios internos. Ha ido soltando perlitas en varias de sus películas, pero en esta, que no es muy ambiciosa, parece que los suelta todos: su heterodoxo republicanismo, su indiferencia ante la ley, su paternalismo a la antigua usanza, sus dudas religiosas, su incomprensión tolerante hacia el mundo moderno, su sentido del honor, su ambigua moral, etc. Y lo hace en quizás su mejor actuación. Porque la historia no es nada del otro mundo, ya la hemos visto antes. Pero la composición que hace del vejete cascarrabias es muy auténtica. ¿Que gruñe como un bulldog a veces? Bueno, yo eso lo tengo visto...
Vivimos en una época en que se ha agudizado eso de que importe más el parecer que el ser. Desde poltronas y confortables barrios mucha gente se llena la boca de palabrejos de moda como "interculturalidad", "tolerancia cero" y demás eufemismos estúpidos.
Tipos como Walt Kowalski no tienen cabida en este mundo. A los negros les llama negros, a los orientales putos amarillos, a los cobardicas maricas, y a los pelmas los manda a tomar por culo. Pero todo es pura fachada, y por eso supongo que a este tipo de gente les llaman facha. Queda mejor soltar un discursito correcto desde el despacho pero puaj yo no me mezclo con gente así.
Clint Eastwood descarga en esta que parece ser su última película como actor sus demonios internos. Ha ido soltando perlitas en varias de sus películas, pero en esta, que no es muy ambiciosa, parece que los suelta todos: su heterodoxo republicanismo, su indiferencia ante la ley, su paternalismo a la antigua usanza, sus dudas religiosas, su incomprensión tolerante hacia el mundo moderno, su sentido del honor, su ambigua moral, etc. Y lo hace en quizás su mejor actuación. Porque la historia no es nada del otro mundo, ya la hemos visto antes. Pero la composición que hace del vejete cascarrabias es muy auténtica. ¿Que gruñe como un bulldog a veces? Bueno, yo eso lo tengo visto...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Nochebuena 2008
Mi padre es de semejante edad que Clint. No soporta a la gente que no le mira a los ojos, pero si lo haces su mirada te mata. En un ataque típico de independencia suyo, no se le ocurre mejor idea que invitar a la cena de nochebuena familiar al cura pichafloja del pueblo donde se ha retirado. Que como lo vio solo pues lo hizo así. Vamos, como siempre hace lo que le da la gana, ante la santa paciencia de mi madre. Pero bueno, como hubo estampida de la mitad de los hijos por temas de suegras y eso, pues mi hermana y yo lo aceptamos con resignación. Y valió la pena. Porque mi padre nos dio una de sus noches gloriosas soltándole delicias al curilla como que tiene alarma y perro, pero que si uno de esos moro mierdas o matones horteras del este entra en su casa, se los carga sin ningún tipo de remordimientos. Mi hermana y yo estabamos partiéndonos la caja mirando la cara de asustado del sacerdote ante los gruñidos y peticiones de ahorcamiento de mandamases del capo di familia. Hasta mi madre nos echaba miradas cómplices sonriendo.
Esperemos que no se quede viudo, que ya me veo al señor Kowalski. Y por lo que cuentan en la peli la señora Kowalski me recuerda a mi madre.
Eso sí, luego el jardinero de su casa es moro, le ayuda en en problemas personales sin pregonarlo por ahí, y se lleva de puta madre con esa gente. En fin, el ser y el parecer.
Mi padre es de semejante edad que Clint. No soporta a la gente que no le mira a los ojos, pero si lo haces su mirada te mata. En un ataque típico de independencia suyo, no se le ocurre mejor idea que invitar a la cena de nochebuena familiar al cura pichafloja del pueblo donde se ha retirado. Que como lo vio solo pues lo hizo así. Vamos, como siempre hace lo que le da la gana, ante la santa paciencia de mi madre. Pero bueno, como hubo estampida de la mitad de los hijos por temas de suegras y eso, pues mi hermana y yo lo aceptamos con resignación. Y valió la pena. Porque mi padre nos dio una de sus noches gloriosas soltándole delicias al curilla como que tiene alarma y perro, pero que si uno de esos moro mierdas o matones horteras del este entra en su casa, se los carga sin ningún tipo de remordimientos. Mi hermana y yo estabamos partiéndonos la caja mirando la cara de asustado del sacerdote ante los gruñidos y peticiones de ahorcamiento de mandamases del capo di familia. Hasta mi madre nos echaba miradas cómplices sonriendo.
Esperemos que no se quede viudo, que ya me veo al señor Kowalski. Y por lo que cuentan en la peli la señora Kowalski me recuerda a mi madre.
Eso sí, luego el jardinero de su casa es moro, le ayuda en en problemas personales sin pregonarlo por ahí, y se lleva de puta madre con esa gente. En fin, el ser y el parecer.