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Voto de Tony Montana:
7
Comedia Londres, años 60. Colin (Michael Crawford) se ha perdido toda la revolución sexual, pero tiene a su amigo Tolen (Ray Brooks), a quien envidia, para que le enseñe todos los secretos que debe conocer para conquistar a las mujeres y poder recuperar el tiempo perdido. Nancy Jones (Rita Tushingham) es una joven despistada y provinciana que llega a Londres... Anárquico clásico de la cultura mod con una música genuina del swinging London. ... [+]
6 de septiembre de 2006
26 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es sin lugar a dudas una de esas pequeñas joyas que siempre que nunca son recordadas en la memoria de los cinéfilos debido a su simpleza y a su excesivamente paranoica historia. Pero a pesar de ello, no deja de ser la muestra de un nuevo cine que surgió en esa época, fruto de la nouvelle vague y del free cinema, acompañados por las nuevas modas sociales, tanto estéticas, como musicales y artísticas, y The knack es una especie de documento filmado de una nueva época en que las drogas y la libertad se confundían constantemente. Y de esa nueva moda, entronca directamente con las pelis de The Beatles del propio Lester y con Blow Up, del maestro del sueño, Antonioni.

La película en sí misma es muy ligera, sin apenas pretensiones, aunque ciertamente podría pecar de pedante al carecer de un argumento sólido y ser una especie de arte por el arte. Pero dentro de esa aparente carencia de hilo argumental, se podria apreciar el retrato que hace Lester de la juventud de la época, contado de una manera desenfadada, y cuya única intención es entretener al público. Para ello se vale de un montaje realmente novedoso, una narración vertiginosa, apoyada en un guión de humor surrealista y absurdo, con situaciones disparatadas, y que exploraba algunas de las obsesiones de la época, como el cambio generacional, personificado en las personas mayores que observan a los jóvenes despotricando, o el sexo, o mñas bien, la frecuencia con que este se realiza. Unos diálogos realmente brillantes, aunque complicados más de una vez, y unos personajes con los que el espectador acaba sintiéndose emocionalmente implicado, ya sea para bien o para mal. El encantador Tolen, seductor irremediable; Colin, buenazo aunque soso; Nancy, guapísima, aunque desorientada, como toda esa generación; y Tom el pintor... es probablemente el personaje más enigmático y surrealista de la película, y el más cómico también.

Lester despliega una puesta en escena totalmente novedosa, una ruptura con lo anterior, con un montaje influenciado por el mejor Truffaut de Jules y Jim o el Godard de Al final de la escapada. Aunque por momentos puede aparecer sobria, con unos escenarios muy "limpios", Lester sabe darle la fuerza para que parezcan más barrocos de lo que son, con una narración totalmente adelantada a su tiempo, aunque se venía mascullando ya desde hacía tiempo, y una fotografia de Warkin que consiguen hacerte creer que estás en los 60, pase el tiempo que pase. Pero lo que más destaca de la cinta, de aspecto artístico, es su música. John Barry mezcló el blues, el pop y demás movimientos de moda en aquellos tiempos, y logró crear una partitura ágil, divertidísima, y muy fácil de escuchar. Hoy lamentablemente Lester está denostado, y es poco recordado, a pesar del gran nivel de entretenimiento y diversión que proporcionaron sus películas, sobre todo en su primera época, la de los 60, con películas como esta, que cuando las acabas de ver, sólo piensas una cosa: ¿Qué acabo de ver?
Tony Montana
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