Una comedia inglesa que intenta ser simpática y lo consigue solo a medias. Un cuarentón con problemas familiares se une a un grupo de natación sincronizada masculina, formado por maduretes panzones con ganas de evadirse de sus vidas.

En teoría ahí habría material para una buena comedia, aunque el punto de partida sea un pelín Full Monty y, por lo tanto, ya esté visto. Pero nadie en el guión se ha preocupado de incluir chistes, gags lo suficientemente cómicos o diálogos ingeniosos, de manera que si bien la película se ve sin problemas ni te deja huella ni te hacer reír. Casi caería en la categoría de tragicomedia pero…naaa, tampoco. Es una comedia fallida, aunque bien intencionada, sobre el paso a la madurez y el desencanto de no haberte convertido en el súper héroe que soñabas.