Sobra decir que cualquier película protagonizada por Banderas tiene mucha más repercusión en nuestro país que en el resto del mundo, y es que, siendo francos, la carrera de nuestro Antonio en tierras americanas tampoco es que sea para tirar cohetes, sin embargo, no se le ha atacado tanto como a Penélope cuando ha rodado películas olvidables.

La verdad, me esperaba una película de las que no hay por donde cogerla y lo cierto es que hasta me pareció interesante. En su primera hora la cinta es una road movie en toda regla, con algunos toques cachondos, diálogos seguibles y buena conexión entre los 3 protagonistas, todo ello amenizado con la aparición de Lucy Liu, que hace de putón verbenero a la que recogen en el trayecto y que, más adelante, nos dará alguna sorpresilla. En la segunda mitad es cuando llegamos al combate de los protagonistas, así que, tampoco es que la peli sea puramente de boxeo, aquí la cosa puede hacerse un poco más cansina, pues el combate es largo y no demasiado interesante, eso sí, amenizado por bastantes cameos de famosos que no destriparé. Para las féminas, destacar que al final tenemos una escenita de los protagonistas enseñando el trasero que, bueno, no puede ser más gratuita, pero de algún modo tendrán que vender la peli...

Recordar, de paso, el enfrentamiento real que tuvieron los protagonistas durante el rodaje, pues parece ser que Harrelson se metió tanto en el papel que llegó a lesionar a Banderas durante una de las secuencias, (vamos que lo mismo el rostro que luce Antonio al final no es producto de ningún maquillaje) el caso es que Antonio echó pestes de su compañero durante toda la promo y, a día de hoy, creo que es mejor no recordarle su nombre.

En definitiva, película tremendamente larga y con dos partes bien diferenciadas, no está mal o, al menos, no tan mal como me temía. Mezcla explosiva de comedia, road movie y boxeo.

Lo mejor: el cambio de look de la Davidovich.
Lo peor: esas extrañas apariciones de Cristo.