"El retorno de Jafar" fue la cinta con la que Disney inauguró la práctica de editar secuelas de sus grandes clásicos en exclusiva para el mercado doméstico, con el fin de seguir engrasando la máquina de hacer dinero.

La historia continúa en el mismo punto donde terminó la primera película: Jafar, convertido en genio y encerrado en la lámpara, planea ahora su venganza sobre Aladdín para dominar Agrabah. Todo un acierto el de centrar el argumento sobre "los malos" de la función, ya que también el loro Iago cobra mucho más protagonismo, incluyendo una canción propia para su lucimiento.

Los personajes conservan el carisma habitual, pero su diseño es muchísimo más pobre y la animación también deja bastante que desear, y se asemeja a la de cualquier serie televisiva de dibujos. Esto se convierte en todo un handicap si se visionan las dos películas seguidas, pues las diferencias son evidentes y dolorosas, ya que en "Aladdín" los personajes estaban animados con un detalle y naturalidad asombroso. Además, en la versión española contamos con los mismos dobladores de la película original, incluido Josema Yuste dando voz a un genial genio, que también estrena nueva y pegadiza canción.

El apartado musical tampoco está a la altura del film original, pese a que se recurre a utilizar las melodías que todos tenemos en la cabeza para animar la acción y tender un puente hacia la primera parte. Sin ir más lejos, la película se inicia también con la melodía de "Arabian Nights", pero con nueva letra.

"El retorno de Jafar" es una secuela que se agradece, nos permite conocer como continuó la historia, el argumento es salvable, hay canciones nuevas y los personajes de siempre (pero que lucen en pantalla peor que nunca). El gran lastre es el apartado técnico, pues con un presupuesto mayor y un trabajo más minucioso se hubiese conseguido una secuela bastante digna.

Lo mejor: que sigue desarrollando la historia, con un esquema muy parecido a la original.
Lo peor: la animación es pobre y no se asemeja en nada a la de "Aladdín"