No me ha quedado más remedió que tratar de escribir mi primera crítica, no sé sin acierto o no, para reflejar mi indignación tras haber visionado 4 capítulos de la adaptación a la TV de "Un mundo sin fin". Digo adaptación como podría haber dicho versión reescrita, por que las semejanzas entre la obra original y la serie son las mismas que existen entre los directores George Lucas y Uwe Boll.

Fanatismo a un lado, os puedo asegurar que solo he leído el libro una vez, del cual si es cierto que lo recuerdo con un especial cariño como ya me paso en su momento con los Pilares de la Tierra. Sus personajes y su contexto histórico, unida a esa manera tan alejada de lo común que tiene Ken Follett de narrar las distintas tramas, conservan para mi un dulce y apasionado paseo por esta historia.

Todo esto, quedó tirado por tierra a medida que fui viendo la evolución de la serie. De ninguna manera consigue entrarme en la cabeza porque escenas simples y fáciles de recrear han sido eliminadas o directamente inventadas. Personajes de peso que no aparecen, otros que fallecen sin venir a cuento, situaciones surrealistas a la par que estúpidas...; a fin de cuentas, un despropósito que no te permite disfrutar de la obra como debería de ser y que empaña otros detalles, como las brillantes reconstrucciones de las batallas, las ciudades o logrado el ambiente medieval.

Seguro que muchos encontráis en ella un gustoso entretenimiento y veis mi crítica desproporcionada, pero es que realmente para mi gusto, para haber hecho esto, hubiese sido más fácil crear una obra de cero y borrar los pocos y malogrados vínculos que la unen a la obra literaria.