Que no quepa ninguna duda de que esta película está hecha exclusivamente para el lucimiento y explotación de la figura e imagen de Zac Efron. Tenemos a Zac a torso desnudo, corriendo, llorando, nadando, conduciendo, navegando, jugando, besando, amando, fornicando, peleando, sangrando, riendo, recitando, durmiendo, muriendo, resucitando... etc, etc, etc. Pero Zac en ningún caso es Al Pacino o Marlon Brando; soy consciente de que la crítica especializada lo ha alabado aquí, convirtiéndolo ya no en promesa sino en figura, pero los críticos especializados son unos putos vendidos (si me disculpan la sinceridad), todos sabemos que detrás de este chico hay una inmensa maquinaria trabajando para sacarle el mayor provecho posible a su carita de ángel, que por cierto no me parece muy diferente a la de Kevin Zegers o Jared Leto, pero sí que son mejores actores y tienen mayor presencia escénica y física.

Ya están advertidos entonces, eso es lo que encontrarán aquí: mucho Zac Efron... hasta que vomites.

Ahora la película, que a mi parecer es la adaptación libre de una idea que ya vimos en el cine, me refiero al filme sueco "Den Osynlige" (2002) y a su remake "The Invisible" (2007), en cualquier caso al español sería "El invisible". No voy a ser tan mala clase como para contar el argumento (como hacen otros y las llaman "críticas"), sólo diré que el asunto va de proyecciones astrales, que es una idea copiada de otros filmes, y que no aporta nada nuevo y tampoco logra mejorar a sus predecesoras en ningún sentido. Por otra parte, el único personaje que se desarrolla es el de Efron (era que no) quedando el resto de roles muy cojos y vacíos, especialmente el del paramédico y el del mejor amigo de Efron, que tienen unas motivaciones un tanto inexplicables. Kim Basinger y Ray Liota son meros extras, entre los dos no alcanzan a sumar 5 minutos de pantalla, y es lógico, más tiempo hubiese puesto en riesgo el protagonismo y el talento de Efron. Hay muchas incoherencias en los diálogos y en las actuaciones producto de un guión apresurado, agregar que la trama es demasiado sensiblera y los personajes simples estereotipos. Por último, la película se hace previsible en muchos pasajes.

Pero no todo es malo, debo decir que si se logra aceptar a Efron en cada fotograma, la película no es aburrida. También consigue de alguna manera guardar el secreto de su clímax durante un buen trayecto del metraje manteniéndote intrigado. Por último, agradezco que sea Efron al que vi durante 100 minutos y no al impresentable de Shia Labeouf. La película tiene su encanto: 4,5.