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Argentina Argentina · santa fe
Voto de rouse cairos:
5
Drama Argentina, año 1977. Dictadura militar. Telmo, un modisto gay, vive en calma y armonía con su madre enferma de alzheimer. Una noche un joven guerrillero llega hasta su puerta perseguido por una brigada y, sin pensárselo dos veces, Telmo le esconde en su casa. La situación se complica porque el barrio queda sitiado. Telmo y el joven se ven obligados a fingir que son novios ante los amigos y clientes, una de ellas la hija del coronel a ... [+]
9 de marzo de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hasta la aparición de "Más que un hombre", no existían en el cine argentino películas donde se dejara entrar a la risa en historias situadas a mediados de los setenta. Un argumento con fuerte humor en un relato ubicado en los años de plomo, le da a esta ópera prima cierto tono transgresor, aunque el contexto funcione inofensivamente, como un simple disparador para seguir hacia otra parte.
Esta comedia farsesca irrumpe con una historia a principios de 1977, en un pueblo del interior, cuando en todo el país se convivía con operativos militares que podían irrumpir en cualquier domicilio y llevarse a cualquier sospechoso con el rótulo de subversivo.
Desde un argumento con personajes al borde de la caricatura: un amanerado modisto pueblerino (Luis Ziembrowski) que acepta esconder a un joven guerrillero (Julián Krakov) en su casa, donde vive en compañía de su madre afectada por el Alzheimer (Mabel Manzotti),la obra sale adelante apelando a la comicidad transitada desde el costumbrismo, hasta alcanzar la victoria del humor por sobre lo trágico.
Las permanentes situaciones de contraste y suspenso dibujan una mascarada carnavalesca con constantes cambios de tono, multiplicidad de subtramas y personajes secundarios, algunos pequeños pero otros muy efectivos, como el que interpreta la nieta de Luis Sandrini (Carla Pantanali), encarnando a la joven hija de un militar; el eficiente actor Esteban Mellino, como un vecino resentido y delator; o Mabel Manzzoti como un disfrutable personaje almodovariano.

Brieva no se reserva el rol protagónico sino el de observador testigo, el de un amigo -también gay- del modisto. Su rol aporta distensión a la trama y conduce el hilo de la narración. Así inicia en tiempos actuales (la escena inicial), el relato de la historia ocurrida en los violentos setenta, como un gran flash back.

Precisamente ese cruce temporal se apoya en la banda sonora, que pasa de una melodía romántica y nostálgica, al tableteo de las ametralladoras, gritos y golpes de un operativo militar.
Existen también baches narrativos y caprichos artísticos, de situaciones que no se resuelven o que no lo hacen de la mejor manera, inclinándose (como en la escena final) al chiste de brocha gruesa. Lejos del refinamiento exigido por los cinéfilos, pero más cerca del cine nacional que convocaba popularmente antes del reinado de la televisión, "Más que un hombre" aporta una suerte de mirada cariñosa que pareciera aspirar a la búsqueda de la risa comunitaria como ocurría en los antiguos cines de barrio. La película entretiene pero deja pendiente el interrogante sobre dónde termina lo trágico y empieza lo cómico, cuando se trabaja con temas tan dolorosos y sensibles. Las lábiles fronteras están en la compasión y cicatrización personal de cada espectador para recepcionar, resistir o dejarse llevar por lo que ocurre.
rouse cairos
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