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Argentina Argentina · santa fe
Voto de rouse cairos:
8
Drama. Comedia Perelman hijo (Daniel Hendler) es un joven que estudia derecho que no quiere parecerse más a su padre (Arturo Goetz), un prestigioso abogado, pero cuanto más trata de diferenciarse, más se parece a él. Como una forma de encontrarse, busca la manera de descubrir qué es lo que más lo representa, y así despegarse de la imagen paterna. Ahora que ya es un adulto, está casado, tiene un hijo y la vida se le presenta en permanente transformación. (FILMAFFINITY) [+]
25 de enero de 2010
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta no es una película de género, aunque circule entre la comedia y el drama ligero, a la manera de algunas películas de Truffaut, de quien Burman se diferencia en acentuar menos la poesía que los matices del humor en situaciones extremadamente simples.
El filme expone situaciones propias de los vínculos familiares, enfocados en el microcosmos de una pareja de jóvenes profesionales (Julieta Díaz y Daniel Hendler) que andan por los treinta y que tienen un solo hijo.
Como ocurre con otras películas de Burman, el eje pasa por la mirada masculina: en este caso, la de Perelman hijo (Hendler), un joven abogado que no quiere parecerse a su padre, un profesional de clase media con mucha experiencia, que ha logrado organizar su vida en torno de su trabajo. El protagonista quiere construirse una identidad propia, intentando no seguir los pasos paternos y por eso, aunque tiene el mismo oficio, se dedica a la docencia y a otra rama del derecho. Pero el devenir de los acontecimientos le traerá como un bumerang, esquemas y prototipos con los que no quiere quedar fijado. Porque a pesar de sus esfuerzos, su propia vida tiene mucho de rutina: la extensa jornada laboral suele encontrarlo abrumado cuando regresa a su hogar, con su pequeño hijo dormido, sin tiempo para comunicarse con su esposa y tan exhausto que a mayoría de las veces se desploma en la cama sin alcanzar a desvestirse.

Inesperadamente, cuando una situación no planificada le quiebra al hombre sus rutinas diarias, empezará a descubrir mucho de sí mismo, porque el tiempo libre le permitirá reconocer el poco espacio que habitualmente tiene para dedicar a sus vínculos más entrañables.
Alternando melancolía y buen (o mal) humor, la peli fluye sobre la superficie cotidiana, abriendo interrogantes que miran tanto al espejo adelantado de las generaciones mayores como a las páginas en blanco del hijo pequeño.
¿Cuánto perdemos entre el mucho trabajo y el poco tiempo que nos queda para disfrutar de las pequeñas cosas? ¿A dónde vamos con tanto trabajo y poco tiempo? son algunas de las preguntas que todos terminamos haciéndonos junto al protagonista de "Derecho de Familia". Mientras nos deja pensando -al borde de la sonrisa o del nudo en la garganta- sobre la verdadera importancia de los sentimientos y cómo comunicarlos.
rouse cairos
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