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San Marino San Marino · Ladera del Monte Titano
Voto de Fej Delvahe:
9
Drama Los protagonistas son un profesor de universidad, John (William H. Macy), y Carol (Debra Eisenstadt), una alumna suya que está suspendiendo el curso. La frase promocional: "Nadie lo oyó, nadie lo vio, nadie conoce realmente la verdad..." (FILMAFFINITY)
9 de julio de 2007
47 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de un filme realizado como obra de teatro, con sólo dos protagonistas, William H. Macy (el profesor) y Debra Eisenstadt (la alumna), en un crudo duelo entre ambos: con dialéctica, argumentación de tira y afloja, ataque y defensa, todo desarrollado en apenas un par de habitaciones (el despacho del profesor y la biblioteca adjunta).

El tema es muy actual y candente en EE.UU., donde una simple mirada de un profesor a una alumna, puede ser interpretada por ésta como "acoso sexual", en un marco de susceptibilidad desquiciada donde las discentes pueden tirar por tierra en un abrir y cerrar de ojos toda la fama, honor e incluso el trabajo profesional del mejor maestro.

El guión que filma David Mamet trata de una alumna universitaria, a la que uno de sus profesores ha suspendido, ésta llega a su despacho suave como una corderita, pero poco a poco va quitándose la piel de lana y pasa a enseñar los colmillos como una auténtica loba inmisericorde, chantajeando y amenazando al docente sobre el asunto ya mencionado. Cuento sólo esto como introducción, pero el grueso de la historia es extraordinario, complejo, acongojante y requiere gran análisis por parte del espectador, que deberá no perderse el más mínimo detalle en la gran pugna dialéctica que mantienen los dos citados personajes.

La actuación de William H. Macy, es asombrosa, de remarcar, probablemente la mejor con diferencia de toda su larga trayectoria cinematográfica, o al menos tan excelente como la demostrada en su otro filme "Fargo" (de Joel Coen, USA 1995).

Es una enorme película, real como el escenario mismo de la vida donde los seres humanos recurrimos a las estratagemas más despiadadas con tal de conseguir aprobar, ganar o avanzar socialmente. Muy recomendable para docentes masculinos, para que sepan a qué se tienen que atener hoy en día con las "lolitas" y "femibolcheviques" (estas últimas cada vez más numerosas gracias a la totalitaria Ideología de Género implantada en Occidente), que hallarán en las aulas. Pues tal y como están las cosas en la enseñanza institucional hoy por hoy, toda la credibilidad a priori parece decantarse hacia las mujeres y máxime si son jovencitas, favorecidas por la presión social de los oportunistas políticos a la caza del voto uterino al precio que sea y de las propias femi-ideologogizadas, que interpretan el concepto de acoso sexual de manera tan antimasculina, que lo reducen a: "Si el hombre me disgusta es acoso". Algo obviamente absurdo porque, por ejemplo en el marco de la enseñanza, enseñar de por sí implica en gran medida que el docente DISGUSTE al discente en más de un aspecto o capítulo. Además, un gesto de sensualidad por parte de un hombre a una mujer siempre ha sido interpretado con dos varas de medir según le convenga a la fémina: si el hombre es poco atractivo o no le gusta ni física ni económicamente, su acción la considera ACOSO SEXUAL; pero si el hombre es bello o de su gusto ya físico ya económico, entonces resulta una sensación agradabilísima a la que ella se abre receptivamente y la disfruta. ¡Ah, la condición humana, es tan versátil, tan inteserada hacia un lado u otro, según convenga!

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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