Atendible película del año 1935, de tema médico, en blanco y negro, basada en parte de la vida del famoso químico y descubridor francés del siglo XIX Louis Pasteur. Él no fue médico sino bacteriólogo, en concreto doctor en ciencias por la Escuela Normal Superior de París, por lo cual la clase médica de su país no lo consideró desde el primer momento como uno de los suyos, sintiendo rechazo hacia sus teorías, afirmaciones trabajos e injerencias en el campo de la medicina; principalmente a partir de 1870, en que Louis Pasteur empezó a investigar las enfermedades contagiosas llegando a la conclusión de que se debían a gérmenes microbianos infecciosos que penetraban en el organismo de los animales, incluido el ser humano.

Pasteur fue en gran medida el iniciador-promotor de la acidosis a gran escala de la población humana mediante el barbarismo de introducir vacunas en los cuerpos de la gente sana y del ganado, lo cual ha resultado hasta el día de hoy un método utilisadísimo por los gobernantes de este mundo para enfermar, debilitar y mermar a las poblaciones como si fuese la cosa más natural, sagrada y legal de la civilización; un atropellador abuso yatrogenico contra la humanidad, pero un gran negociazo para la industria químico-médico-farmacéutica la cual gracias a Pasteur año tras año suma más clientela, poder lucrativo y abuso criminal en todo el planeta.

En una escena del filme, cuando uno de los altos representantes de la Academia Médica Francesa le dice:
—Ejerce usted una medicina atípica.
Louis Pasteur le contesta:
—No ejerzo la medicina. Me esfuerzo en acabar con la negligencia de los médicos debido a la insalubridad con que practican la medicina.

Estamos ante una película enaltecedora y mitologizante de Pasteur, uno de los grandes padres de la acidosis química-totalitaria contemporánea; se exalta a Pasteur como descubridor, que lo fue en el campo de las levaduras y el tratamiento de vinos; sin apuntar que la «pausterización de la vida» iniciada por Pasteur generaría en gran desproporción el sistema sanitario más cientifista-enfermante de la historia y una humanidad subyugada más que nunca. Sin duda la película es emocionante y recomendable de ver-analizar; por ejemplo, en la realidad con que describe el recelo y la oposición que Pasteur causó en los médicos de su país y época, gremio profesional o mafia sanitaria que para sorpresas antibióticas: con el paso del tiempo acabaron «pausterizados» hasta el extremo de rendirle culto al advenedizo químico y establecer una sociedad más ácida, dañina y tóxicamente contra toda la vida que el propio Pasteur.

Fej Delvahe