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San Marino San Marino · Ladera del Monte Titano
Voto de Fej Delvahe:
6
Drama Desde finales del siglo XIX, se producen emigraciones masivas a los Estados Unidos. A bordo de lujosos trasatlánticos, además de elegantes burgueses, viajan también emigrantes. Danny, el maquinista del Virginia, encuentra a un niño abandonado sobre un piano, lo adopta y le impone el nombre de Novecento ("siglo XX" en italiano). El barco es el hogar del niño, y los pasajeros, sus ventanas al mundo. Tras la muerte de Danny, alguien ... [+]
20 de agosto de 2008
49 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leyenda sobre un pianista que nació y vivió toda su vida en un gran buque de pasajeros, de los que trasladaban emigrantes europeos a EE.UU. al inicio del siglo XX.

Se trata de un filme sobre un creador y su melancolía o sobre la melancolía como motor del creador.

Mientras la mayoría de la gente viaja con el sueño, horizonte u objetivo primordial de obtener la felicidad, el protagonista de esta leyenda es todo lo contrario: opta no por buscar la felicidad sino por matrimoniarse con la melancolía. Sin duda la emigración es una señal de intento de mejorar de vida, de búsqueda de la felicidad; pero "Novecento", el pianista de este filme, prefiere no moverse jamás de su barco (que es su mundo conocido, con la mar por compañera habitual), en el interior de su navío vive melancólicamente pero tiene control sobre su vida, más allá de este espacio concreto, en la amplitud de la tierra firme y de las ciudades no se hallaría ni a sí mismo.

"Novecento" es un creador, un artista, que lo es en base a su melancolía. Para él ir más allá de su barco-hogar sería ir en busca de la felicidad y como todos los genios tristes siente muy profundamente que es la melancolía la cuna de lo sublime. Como diría probablemente, algún defensor de lo positivo que tiene en sí la melancolía, «el abrazo de la sombra atiza el corazón».

Para el célebre psicólogo Carl Jung, la melancolía y la creatividad artística están íntimamente ligadas. Y para James Hillman, también psicólogo y discípulo de Jung, «la depresión abre la puerta a algún tipo de belleza», que en el caso del protagonista y pianista de esta narración resulta belleza musical, la cual genera o crea desde su triste o melancólica existencia.

Sólo gracias a que hay seres humanos profundamente melancólicos, los otros profunda o superficialmente alegres y felices pueden disfrutar de creaciones geniales, bellísimas, para ellos y para sus descendientes.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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