Esta convencional e insulsa comedia de Roy del Ruth no llega a resultar aburrida a causa del dinamismo y concisión con que está narrada y de lo que aportan algunos diálogos y situaciones con chispa procedentes de la obra de teatro original. Pero, en definitiva, no sirve más que para constatar la mayor franqueza del cine de la época Precode a la hora de referirse a temas eróticos (aunque el conservadurismo ideológico y la poca audacia estética y dramática sean iguales e incluso mayores que en el más mojigato y paternalista cine de la época posterior). Aquí, Warren William es el aristocrático y rico jefe de la secretaría Marian Marsh, la cual compite con la anterior secretaria Mary Doran por acaparar las atenciones amorosas de su patrón, dando lugar a varios episodios de una típica y ya muy rancia “pelea de gatitas”.