Después de ver un buen puñado de películas argentinas, a lo largo de los años; debo reconocer la categoría de sus actores; pues una gran parte de ellos, poseen la compleja capacidad para adentrarse en las emociones, alejados de cualquier máscara, o truco efectista, del que fácilmente, otros, hacen uso. Consiguiendo aquí trasladar al público, una nutrida suerte de auténticas y diáfanas sensaciones.
Francisco Celhay alejado del pudor, muestra una actuación entregada, compleja, difícil, pero sobre todo... Profundamente creíble.
Tal vez lo que ahí se cuenta, no interese demasiado a un público mayoritario, pero quienes anteponemos un buen trabajo de composición, a otro tipo de intereses cinematográficos, disfrutaremos de una gran película, por su estructura bien diseñada y la profundidad de los sentimientos que la invaden.

Un 6