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Voto de Elena Escudero:
7
18 de abril de 2019
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
He aquí uno de esos thrillers británicos que ha pasado con más pena que gloria (y silencios estruendosos), pese a la riqueza del drama, el ritmo y la precisa y sobria interpretación de sus protagonistas (a veces insípida, pero muy british), por cierto bastante desconocidos para el público español. Claro está que en 1956, el 90% de las producciones que llegaban a la península ibérica tenían el sello Hollywood.
Merece la pena ver este ejercicio de suspense, repleto de aristas y misterio, dirigida por uno de los mejores especialistas en imagen de aquella época, Guy Green, que logró el Oscar a la mejor fotografia por su trabajo con David Lean en la primera versión de "Great Expectations" (1946), cumpliendo su meta de llegar a convertirse en realizador diez años después.
Las escuelas de interpretación en el Reino Unido gozan de un prestigio bien merecido, como demuestran Thora Hird (la mejor de todas), Everley Gregg, Joan Sims, Shirley Anne Field, Joan Hickson, Dandy Nichols, Mona Washbourne, Barbara Windsor y George Woodbridge.
Radio Times dió en el clavo cuando uno de sus expertos aseguró que el éxito del filme se basa en la pesadilla de todos los padres, que en alguna ocasión se han preguntado: ¿Qué sentiríamos cuando de repente entras en el cuarto donde duerme tu hijo/a y descubres que no está allí?
En resumen, zozobra asegurada, tensión, detective impasible, momentos de terror (las escenas en el acantilado sobrecogen a cualquier mortal), más creíbles que los que el maestro Hitchock nos entregó en "El Hombre que Sabía Demasiado". Con perdón.
Merece la pena ver este ejercicio de suspense, repleto de aristas y misterio, dirigida por uno de los mejores especialistas en imagen de aquella época, Guy Green, que logró el Oscar a la mejor fotografia por su trabajo con David Lean en la primera versión de "Great Expectations" (1946), cumpliendo su meta de llegar a convertirse en realizador diez años después.
Las escuelas de interpretación en el Reino Unido gozan de un prestigio bien merecido, como demuestran Thora Hird (la mejor de todas), Everley Gregg, Joan Sims, Shirley Anne Field, Joan Hickson, Dandy Nichols, Mona Washbourne, Barbara Windsor y George Woodbridge.
Radio Times dió en el clavo cuando uno de sus expertos aseguró que el éxito del filme se basa en la pesadilla de todos los padres, que en alguna ocasión se han preguntado: ¿Qué sentiríamos cuando de repente entras en el cuarto donde duerme tu hijo/a y descubres que no está allí?
En resumen, zozobra asegurada, tensión, detective impasible, momentos de terror (las escenas en el acantilado sobrecogen a cualquier mortal), más creíbles que los que el maestro Hitchock nos entregó en "El Hombre que Sabía Demasiado". Con perdón.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El argumento narra el rapto de un bebé de 18 meses en la capital inglesa. Los padres, un trabajador de la embajada estadounidense, encarnado por David Knight y su esposa, Julia Arnall, que a partir de ese momento viven entre la angustia y el pánico.
El detective (David Farrar) intenta localizar al niño, pero las pistas son tan escasas como difuminadas. No hablaré del final obviamente, porque destripar el desenlace es inmoral.
En América Latina se conoció como "Secuestrado en Londres", pero ignoro la razón por la que en los Estados Unidos se tituló "Tears for Simon", es decir "Lágrimas por Simon", suficientemente espantoso como para seguir diciendo: "Lost", aunque la criatura se llamara Simon.
El detective (David Farrar) intenta localizar al niño, pero las pistas son tan escasas como difuminadas. No hablaré del final obviamente, porque destripar el desenlace es inmoral.
En América Latina se conoció como "Secuestrado en Londres", pero ignoro la razón por la que en los Estados Unidos se tituló "Tears for Simon", es decir "Lágrimas por Simon", suficientemente espantoso como para seguir diciendo: "Lost", aunque la criatura se llamara Simon.